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mujer embarazada con doctor

Embarazo de alto riesgo

12 de abril, 2022 Tratamiento y Recuperación
Atentas a los síntomas a los que debes poner atención.

Si bien la mayoría de los embarazos se desarrollan con total normalidad, hay algunos casos en que se deben extremar los cuidados para proteger la salud de la madre y de la guagua que está por nacer. Conoce cuáles son a continuación:

“Las principales complicaciones que se producen actualmente en los embarazos tienen que ver con enfermedades preexistentes y de salud de la madre como diabetes, hipertensión u obesidad, entre otras”, comenta el Doctor Andres Pons, Jefe de Ginecología CLC.

Por eso, en estos casos es importante que  las mujeres que buscan un embarazo consulten previamente a un especialista en medicina materno fetal para tomar las medidas que permitan reducir los riesgos.

CLC cuenta con el Centro Especializado de Vigilancia Materno Fetal (CEVIM), que ofrece un servicio integral y multidisciplinario enfocado específicamente en pacientes con embarazos de alto riesgo. Por otra parte, es importante saber que todas las embarazadas, con o sin enfermedades de base, deben mantener los controles mensuales durante toda el periodo de gestación.

Principales complicaciones en un embarazo

Preeclampsia o hipertensión arterial: consiste en el aumento de la presión arterial por sobre los valores normales. Entre los síntomas más frecuentes están el dolor de cabeza (cefalea) y la hinchazón de pies y manos (edema). Para confirmar el diagnóstico se realizan exámenes de sangre y el tratamiento dependerá de la severidad del cuadro médico.

Diabetes gestacional: no hay algún síntoma específico, por eso, a todas las embarazadas entre las semanas 22 y 28 de gestación se les solicita un examen de sangre para medir la curva de tolerancia a la glucosa. En caso de estar alterado, el tratamiento se basa en un régimen de alimentación con restricción de azúcares.

Amenaza de parto prematuro: se caracteriza por la aparición de contracciones uterinas regulares y de intensidad variable, junto con cambios en el cuello uterino antes de las 36 semanas de embarazo. En estos casos se realizan exámenes para conocer la causa y se monitorea la salud fetal. Generalmente en estos embarazos es necesaria la hospitalización de la madre y medicamentos para suprimir las contracciones y evitar un parto prematuro.

Restricción del crecimiento fetal (RCF): se sospecha cuando la estimación del peso fetal es menor que la esperada para la edad gestacional. Es producido por distintas causas como la hipertensión arterial, el bajo peso materno, algunas infecciones congénitas, formación de trombos y genopatías (enfermedades hereditarias). Dependiendo de la causa será el tratamiento a seguir.

Hipotiroidismo: durante el embarazo hay una mayor demanda de la hormona tiroidea, por lo que, si existe alguna alteración, se podría traducir en una producción insuficiente de esta hormona. Algunos síntomas son aumento de peso, somnolencia, cansancio, caída del cabello o retención de líquido.

Otros casos: enfermedades como la depresión, el asma, patologías cardiacas, epilepsia, trombosis o disautonomía también requieren un seguimiento y cuidados específicos por parte de un equipo multidisciplinario para monitorear el embarazo.
 
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