La osteoporosis no es una enfermedad menor y se puede prevenir con simples cambios de hábitos. Realizarse en forma periódica una densitometría ósea después de la menopausia le permitirá conocer sus niveles de calcio y la salud de sus huesos.
Entre los adultos mayores es muy común que los huesos tiendan a
hacerse débiles por la pérdida de calcio. Si la proporción de este mineral baja más de lo debido, se corre el riesgo de padecer
osteoporosis, enfermedad que aumenta las posibilidades de sufrir fracturas.
“Al reducir la concentración de calcio, los huesos sufren un gran deterioro”,
señala la endocrinóloga de Clínica Las Condes, doctora Verónica Araya. “Este es un proceso en el cual disminuye la masa ósea y es perceptible en las mujeres a partir de la menopausia. Si este desgaste no es controlado, puede derivar en una fragilidad extrema en la que basta un leve golpe o una caída para que un hueso se quiebre”, agrega.
En tal sentido, los huesos deben estar entre los componentes del cuerpo más propensos a sufrir un deterioro tan importante, y hasta hace un tiempo era muy difícil diagnosticar su nivel de degradación. La radiografía común no permitía tener una noción precisa del grado de deterioro del esqueleto, pero la situación cambió con la aparición de la
densitometría, único examen capaz de medir con un alto grado de exactitud de densidad ósea, es decir, la cantidad de calcio por centímetro cuadrado de hueso.
El examen
La densitometría ósea es una prueba indolora, no invasiva, rápida (toma apenas 15 minutos) y muy segura, pues el paciente se recuesta en una camilla y es sometido a una mínima radiación de Rayos X, cientos de veces menor a la que se recibe durante una radiografía común.
“A través de un emisor de Rayos X se realiza un barrido de la columna vertebral y las caderas. El densitómetro compara la energía emitida bajo el paciente con la energía recibida en un detector del equipo, considerando que el calcio es un mineral que absorbe la radiación. Por lo tanto, si el lector recibe un alto nivel de energía, quiere decir que los huesos tienen una baja concentración de calcio, pues no fueron capaces de absorberla en la cantidad esperada”, describe la doctora.
Además, agrega que “lo más importante de la densitometría es su papel como herramienta para diagnosticar la osteoporosis. Con la información captada por el densitómetro es posible relacionar el resultado con la edad del paciente, saber si la densidad del hueso es normal y proyectarla en el tiempo. Así, cuando está un poco por debajo del rango normal, se está en presencia de una
osteopenia, es decir, una leve desmineralización de los huesos, carencia que es posible revertir con suplementos de calcio, vitamina D, disminución del consumo de café, alcohol y aumento del ejercicio físico”.
¿Cuándo?
A mayor edad, son más las posibilidades de sufrir una descalcificación de los huesos.
Las mujeres ingresan al grupo de riesgo desde la menopausia y los hombres deben preocuparte a partir de los 65 años.
“La recomendación es que la densitometría se haga cada dos años y, en caso de estar bajo un tratamiento de osteoporosis, una vez al año. Después de la menopausia, la baja de estrógeno (hormona femenina) en las mujeres es bastante pronunciada, mientras que a esa misma edad, la caída de testosterona (hormona masculina) en los hombres, es muy lenta. A los 65 años la velocidad de pérdida de hueso en los hombres se equipara a la de las mujeres, y puede llegar al 1° anual, lo que en 10 años no deja de ser importante. Además, si la ingesta de calcio y vitamina D es baja, se favorece la descalcificación de los huesos. Por eso es esencial consumir durante toda la vida productos lácteos, ya que son los que mayormente aportan calcio”, concluye”.
Ojo con:
- Historia de fracturas por fragilidad ósea.
- Antecedentes familiares de osteoporosis.
- Personas delgadas y de estatura elevada y/o personas de tez blanca y cabellos claros.
- Personas que toman medicamentos que favorecen la pérdida de calcio (corticoides, anticonvulsivantes o antiepilépticos) o enfermedades que disminuyan la absorción del calcio.
- Vida esencialmente sedentaria y presencia de tabaquismo.
Mujeres y osteoporosis
- Entre los 25 y 30 años se alcanza la masa ósea máxima. En las mujeres es menor en un 10 a 15% con respecto al hombre.
- A partir de los 50 años, o con la llegada de la menopausia, la mujer comienza a sufrir pérdida acelerada de calcio que puede llegar al orden de 25 a 30%.
- Las mujeres tienen cinco a seis veces más fracturas osteoporótica de vértebras que los hombres, y cinco veces más fracturas de caderas.