Tabaco, higiene y estrés: la tríada perfecta que ataca tu salud bucal
30 de agosto, 2018
·Adultos
Caries, gingivitis y periodontitis están entre las consecuencias de fumar.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 37,7% de los chilenos mayores de 15 años fuma, lo que nos pone en los primeros lugares en todo el mundo. Si eres uno de ellos, debes saber que eso tiene consecuencias en tu salud, no sólo a nivel respiratorio, sino bucal.
De acuerdo al doctor Carlos Godoy, odontólogo de Clínica Las Condes, explica que “la enfermedad periodontal, por ejemplo, es la principal patología asociada a tabaquismo. De hecho, es tres veces más común que en poblaciones de no fumadores”, dice.
El tipo de gingivitis denominado GUNA (gingivitis ulcero necrotizante aguda), que forma parte de una tríada de mala higiene, tabaco y estrés, es común en gente joven que consulta porque provoca dolor y halitosis (mal aliento).
“También la halitosis es frecuente en fumadores con o sin buena higiene, porque el tabaco produce baja en el flujo salival, lengua pigmentada con alteraciones de papilas gustativas, pigmentaciones de la lengua, y acúmulo de placa bacteriana, dando mal olor y mal aliento”, indica el doctor Godoy.
Las mucosas de mejillas y labios son más queratósicas, dando una coloración más blanquecina que en algunos casos producen leucoplasias o eritroplasias, consideradas lesiones, pre-cancerígenas.
Y finalmente, también puede producir cáncer bucal, que se asocia directamente con el tabaquismo y que en Chile es entre el 4% y 5% de todos los cánceres, menos que India, eso sí, donde es el 50% de ellos.
Recomendaciones para fumadores
La recomendación es que los fumadores tengan controles e higiene profesional, por lo menos cuatro veces en el año, como mantención para evitar patologías en relación a la higiene bucal.
“Una alternativa útil para la adicción al tabaco es el consumo de chicles de nicotina, evitando así la combustión del cigarrillo”, dice el doctor. También existen dentífricos y enjuagues bucales para fumadores que, usados inmediatamente después de fumar, pueden bajar el olor a tabaco, sin embargo, no acabar con él, porque el fumador tiene el olor a tabaco en el pelo, piel y ropa, entre otros.
A nivel general, el doctor señala que es necesario crear conciencia y educar a la población acerca de los perjuicios y daños provocados por el tabaquismo, “especialmente en la adolescentes y adultos jóvenes”, dice, además de ampliar las zonas en las que no se puede fumar.