Si su hijo tiene dificultad para prestar atención, está siempre en movimiento y cambia constantemente de humor, puede estar frente a un caso de DEFICIT ATENCIONAL CON HIPERACTIVIDAD.
Pablo era muy inquieto y me costaba que me hiciera caso. Comenzó a tener problemas en el colegio, me mandaban comunicaciones todos los días y bajó mucho su rendimiento escolar. Un especialista le diagnosticó Déficit Atencional con Hiperactividad y desde ese día seguimos el tratamiento al pie de la letra; cambiamos algunos hábitos y traté de darle todo mi apoyo. Si bien no fue fácil, poco a poco fuimos notando mejorías”, recuerda Adela, su mamá.
La hiperactividad o aumento de la actividad motora de un niño es una causa habitual de consulta al pediatra, neuropediatra, psiquiatra o psicólogo. Es un síntoma inespecífico y que puede deberse a varios factores, señala la psiquiatra infantil de CLC, Flora de la Barra. Si está asociado a una dificultad para fijar o mantener la atención y a impulsividad, puede tratarse de un trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad.
En este caso los profesores son los primeros que detectan el problema, ya que interfiere en el trabajo de la sala de clases. Sin embargo, para que se haga el diagnóstico, los síntomas deben presentarse en diversos contextos, ya sea la casa, el colegio u otros ambientes; de no ser así, hay que investigar si hay otras causas. Se estima que el porcentaje de niños con este diagnóstico efectuado por especialistas fluctúa entre un 3 a 11% en edad escolar, siendo cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres. Si bien el TDAH tiene una base biológica, factores ambientales como las exigencias, los métodos de crianza y las situaciones de estrés ajenas al niño, también influyen en su desarrollo.
A esto se le debe sumar que entre el 60 y el 80% de los niños con diagnóstico de TDAH, tienen además otros problemas conductuales, emocionales o de aprendizaje. Por esta razón, es muy importante que el diagnóstico sea efectuado por un médico especialista que sepa captar todos los aspectos involucrados, mediante una síntesis de la información obtenida de una historia clínica detallada por los padres, de la obtenida de los profesores y de un examen mental del menor.
Los niños que sufren de esta patología pueden presentar en forma frecuente algunas de las siguientes características: dificultad para prestar atención; parecen no escuchar cuando les hablan; se distraen fácilmente; son olvidadizos; a menudo no siguen instrucciones y no terminan los trabajos; son impulsivos; tienen un estilo descuidado de trabajo, por lo que se equivocan en tonteras; están en continuo movimiento; su comportamiento parece inmaduro e inapropiado para su edad; tienen baja tolerancia a la frustración; cambian constantemente de humor; tienen dificultad para organizar tareas y actividades.
El tratamiento debe ser personalizado y se necesita el apoyo de los padres, del colegio y del doctor. Cuando las medidas no son suficientes, el médico tratante puede recomendar algún fármaco. “Actualmente los de primera línea son el metilfenidato y la atomoxetina, ya que ambos actúan en la corteza prefrontal optimizando la neurotransmisión. Cabe resaltar que diversos estudios han demostrado su efectividad y que este tipo de medicamento no produce dependencia”, comenta la psiquiatra.
Tips para padres
- Observar el comportamiento de los niños.
- Conversar con ellos.
- Darles cariño, apoyo incondicional y la supervisión que requieran.
- Ofrecerles los apoyos especializados necesarios.
- Comunicarse permanentemente con sus profesores, con su médico y con los otros profesionales tratantes.
- Mayor supervisión en la formación de hábitos de estudio y manejo conductual eficiente y adecuado en el hogar.
En el colegio
Algunas medidas simples pueden ser muy útiles:
- Sentarlos adelante.
- No darles más de una instrucción a la vez.
- Premiarlos cuando trabajen bien.
- Darles más tiempo para cumplir sus deberes.
Con la colaboración del Departamento de Psiquiatría Infantil y Adolescente de CLC. Flora de la Barra.