Si el diagnóstico de este cáncer infantil es precoz, el 70% de los casos se puede curar.
No está claro por qué aparece y por lo mismo, tampoco se puede prevenir. El
cáncer de hueso infantil u osteosarcoma es una enfermedad que no es muy frecuente y afecta principalmente a los adolescentes entre los 10 y los 18 años.
“Al año se producen cerca de 20 casos por año. El osteosarcoma representa el 3% de los tumores de los niños. No existen grandes diferencias la incidencia de este cáncer entre los países”, dice el
doctor Juan Antonio Quintana, oncólogo infantil de Clínica Las Condes.
Causas y síntomas del osteosarcoma
Respecto al origen de este
cáncer en niños, el especialista señala que no existe una causa específica y que en la mayoría de ellos se trata de un cáncer primario, pero que en niños que tienen
linfoma de Hodgkin (cáncer linfático) puede aparecer secundario a la irradiación que tuvieron como parte de su tratamiento, aunque es muy raro.
También se tiene especial atención con los niños con
retinoblastoma (cáncer de retina) en quienes aumenta el riesgo de osteosarcoma, pero son pocos casos, dice el especialista.
En el caso de los
síntomas, la señal principal es el dolor. “Puede aparecer con dolor persistente e intenso. A veces con inflamación en la zona del dolor y al tocar, se nota una dureza porque el osteosarcoma es un tumor duro. La zona en la que más frecuentemente que se desarrolle es alrededor de la rodilla, en los huesos fémur distal y tibia proximal. El 80% de los casos se concentra ahí”, explica el doctor Quintana.
El
osteosarcoma es de crecimiento rápido, de unos varios meses, pero no de años. Visualmente y al tacto, la piel se ve sana, pero con un aumento de volumen duro debajo de ella. Generalmente, es el pediatra o el traumatólogo quien sospecha de esta enfermedad e indica una primera radiografía.
“Si el diagnóstico llega a tiempo, es posible realizar un tratamiento conservador y en esos casos, el 70% de los casos se cura y conserva la extremidad afectada. En Chile, en general, se diagnostica a tiempo y en pocos casos es necesario amputar la extremidad. Sin embargo, si se diagnostica tarde, es probable que ya exista metástasis en el pulmón y en ese caso, las probabilidades de vida de ese menor disminuyen. Esto ocurre porque pasó mucho tiempo entre el inicio del dolor y el diagnóstico de la enfermedad”, indica el oncólogo.
La principal recomendación insiste el doctor es consultar rápidamente si el adolescente presenta un dolor de hueso intenso que no está relacionado con algún golpe o lesión y que no cede tras una semana.