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¿Chequeo cardiovascular en niños?

03 de mayo, 2018 Niños
Aunque las enfermedades cardíacas infantiles generalmente se pesquisan antes del año de vida, en algunos casos el corazón necesita ser evaluado tiempo después.

 

Es cierto. La gran mayoría de las enfermedades que afectan al corazón de los niños son congénitas y, por tanto, diagnosticadas durante los primeros meses de vida e, incluso, en el embarazo. Es por ello que, como explica la cardióloga infantil de Clínica Las Condes, doctora Bernardita Lopetegui, a partir del año se asume que el menor ha crecido y se ha desarrollado normalmente. Sin embargo, hay patologías del corazón que pueden presentarse más tarde. Son enfermedades que, si bien tienen una base genética, no se manifiestan en los primeros años de vida, como por ejemplo, las afecciones del músculo cardÍaco y algunas arritmias. “Y existen síntomas o señales que pueden alertar sobre la necesidad de una evaluación más acuciosa”, agrega.
 

Bajo lupa



El examen de rutina del pediatra (al menos una vez al año) es clave para detectar una patología cardíaca. Y son varios los síntomas ante los cuales un niño deber ser evaluado por un especialista. Primero, un soplo o ruido anormal del corazón, ya que puede estar alertando de alguna malformación no detectada anteriormente (aunque en un número importante de casos estos son “inocentes”, es decir, el soplo no es generado por una enfermedad).

También si el pediatra detecta un trastorno del ritmo cardíaco, ya sea por aceleración o enlentecimiento. Además, si un niño refiere dolor al pecho, sufre un desmayo repentino, especialmente durante una actividad deportiva o tiene antecedentes de cardiopatías en familiares directos (padres o hermanos).

Según la doctora Lopetegui, también es importante una evaluación en pequeños que hayan desarrollado enfermedades neuromusculares o en otros órganos porque, aunque quizá no lo afecten primariamente, sí puede haber consecuencias a futuro. “Finalmente, si un niño se cansa mientras realiza actividades que lo entretienen y tiene un rendimiento físico mucho menor que sus amigos de la edad, es recomendable un estudio cardiológico”.
 

De cara al futuro



La historia personal y familiar junto con el examen físico que realiza el cardiólogo son primordiales para un buen diagnóstico, lo que luego se complementa con un electrocardiograma y, de ser necesario, un ecocardiograma. Ambos, exámenes muy sencillos y poco invasivos. Dependiendo de los resultados, se puede pedir algún otro estudio. “En general las enfermedades que se pesquisan en esta etapa son arritmias y malformaciones congénitas de mediana complejidad porque, como ya dijimos, las que revisten mayor gravedad usualmente se diagnostican antes del año de vida”.

Es sabido que un tratamiento precoz siempre tiene mejor pronóstico, pero en el caso de cardiopatías infantiles eso no es todo, porque como la carga genética aquí juega un rol fundamental, un diagnóstico temprano permite evaluar eventualmente al resto de hermanos y aconsejar genéticamente a los padres.

Sí o sí

Es importante que un niño sea examinado por un cardiólogo si:

 

 
  • El pediatra pesquisa un soplo.
  • Se diagnostica arritmia.
  • Refiere dolor al pecho o palpitaciones.
  • Se desmaya repentinamente.
  • Tiene antecedentes de cardiopatías en familiares directos: padres o hermanos.
  • Se queja de cansancio objetivado y su rendimiento físico es mucho menor a sus pares.
  • Sufre de enfermedades neuromusculares.
  • Desarrolla enfermedades en otro órgano del cuerpo como riñón o pulmón.
  • Sufre de alguna enfermedad genética.
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