Los episodios de alta contaminación pueden aumentar hasta en 100% los síntomas respiratorios en niños con y sin asma.
Cuando el
aire de la ciudad está
contaminado, la población está expuesta a partículas de diversos tamaños, además de gases, que tienen impacto en la salud. Tanto el material particulado 2.5, como el dióxido de nitrógeno y el ozono, en rangos de concentraciones cerca o bajo las normas diarias de contaminación tienen efectos en el
sistema respiratorio.
Un estudio de la Universidad de Chile mostró que, en episodios de alta contaminación atmosférica en Santiago, la frecuencia de síntomas respiratorios, como la
tos, sentir el pecho apretado o molestias al hacer deporte, aumentan entre un 30% y 50% en niños
con y sin asma. En algunas ocasiones hasta en 100%.
El doctor
Selim Abara, broncopulmonar de Clínica Las Condes, explica que la contaminación es irritante y “si la vía aérea está sometida a irritación, tengas o no alergia vas a tener más tos, y cuando está irritada, los mecanismos de defensa frente a virus están comprometidos. La probabilidad de que fallen aumenta”, dice. En niños pequeños, la
contaminación atmosférica además puede interferir con el
desarrollo pulmonar.
El aumento de la tos debido al esmog puede atacar tanto a niños con y sin asma, pero la mayoría de los pacientes con asma que deben ser hospitalizados son afectados por la
contaminación intradomiciliaria, de ahí la importancia de evitar el uso de estufas, sobre todo a parafina, dentro de la casa, intentar eliminar los virus con los que se llega de la calle, lavándose las manos e incluso cambiándose la ropa. “
Mantener aseadas las superficies, y no fumar”, sostiene el broncopulmonar.
También es importante evitar alérgenos que quedan en alfombras o peluches, por ejemplo, y no abusar de la calefacción.
El doctor destaca que también hay que
evitar contaminar más el planeta, lo que pasa porque las autoridades puedan mejorar el transporte público, pero también sacar el cordón industrial y alejarlo de la urbe.