En Clínica Las Condes todos los recién nacidos son sometidos a un examen que permite evaluar si su audición es normal. Tener un diagnóstico tan precoz, permite corregir la hipoacusia antes de que se produzca un retraso de lenguaje.
En pediatría, el promedio de diagnóstico de la hipoacusia (disminución de la audición que va desde un grado leve a la sordera) en los niños es entre el año y medio y los dos años de vida, cuando comienzan a adquirir lenguaje. En ellos llama la atención que en vez de hablar gritan, no incorporan todas las palabras esperadas y hablan de manera descoordinada. Descubrir una pérdida de audición recién a esa edad, supone enormes desafíos para que ese niño aprenda a discriminar sonidos y desarrolle los circuitos neuronales que le permiten adquirir lenguaje.
“Saber en los primeros días de vida si el recién nacido tiene o no una audición normal permite prevenir una discapacidad. Le estás dando a ese niño la oportunidad de corregir su hipoacusia, ya sea a través de audífonos o de un implante coclear, antes de que comience la etapa de desarrollo del lenguaje. Así se minimiza el daño que puede provocarle la falta de audición”, señala el doctor José Luis Martínez, jefe de la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal.
Desde hace cinco años, Clínica Las Condes realiza un programa pionero para detectar problemas de audición en recién nacidos. Dentro de las primeras 78 horas de vida, a todas las guaguas de término se les practica un examen de Emisiones Otoacústicas. Toma entre cinco y diez minutos, es indoloro y arroja el resultado de inmediato.
“Se les introduce una pequeña oliva, similar a un personal stereo, en el conducto auditivo, y se emite un estímulo que llega al interior del oído, el que responde enviando una señal eléctrica que es detectada por el examen. Si hay respuesta quiere decir que todo anda bien. Si no la hay, a ese niño hay que estudiarlo”, explica el doctor Martínez. El médico advierte que no hay que alarmarse si el resultado sale alterado, lo que ocurre en cerca de un 8% de los casos; la mayoria de las veces se debe a algunas condiciones propias de los recién nacidos, como tener líquido en los oídos. Por eso, el resultado se corrobora con un nuevo examen, que es gratuito, y se realiza un mes después. “Entonces, se obtiene un diagnóstico definitivo y, si el niño efectivamente presenta hipoacusia es incorporado a un programa con otorrinos que permitirá su tratamiento oportuno”, dice el doctor Martínez.
En los prematuros
Los prematuros son un grupo especial de pacientes porque tienen una tendencia mayor a presentar hipoacusia, debido a una serie de condiciones: la inmadurez de su sistema auditivo, las terapias a las que se les somete, el ruido que puede existir en el ambiente extrauterino. A ellos se les realiza un examen distinto, llamado Potencial Evocado Auditivo, muy adecuado para guaguas nacidas antes de término: es más fino y especializado y permite evaluar si su audición es normal o insuficiente, lo que puede ser producto de la inmadurez y mejora con el tiempo.