Según los especialistas, para reencontrarnos con la calma y lograr un mayor sentimiento de bienestar, es importante favorecer una actitud de comprensión ante lo que nos ha tocado vivir durante estos últimos meses.
¿Cómo enfrentar el desafío de cerrar un año que estuvo lleno de incertidumbre? Detenernos un momento para pensar y comprender todo lo que hemos vivido, probablemente nos ayudará a enfrentar este período con calma y ecuanimidad.
“Estamos hace meses en un proceso de distanciamiento e incertidumbre que nos ha llevado a sentirnos vulnerables, desorientados, cansados, con grandes dificultades para anticipar lo que puede pasar, sintiéndonos tremendamente exigidos, poniendo a prueba nuestra estabilidad emocional y todos nuestros recursos. Intentar adaptarnos a esta situación implica tomar conciencia de que el sufrimiento está presente en cada uno de nosotros. En este sentido, lograr empatía con los demás nos ayuda a sentirnos acompañados, comprendidos y unidos con la intención de hacer algo real para aliviar el sufrimiento”, comenta
Paulina Lucherini, psicóloga especialista en terapia de pareja y terapia centrada en la compasión de Clínica Las Condes.
En este contexto, la psicóloga asegura que hoy en día se debe
reconocer el valor que tienen la compasión y la empatía en nuestras vidas y en nuestras relaciones afectivas.
“Las investigaciones en neurociencia muestran que la compasión es una cualidad que se puede entrenar, que activa áreas del cerebro relacionadas con emociones positivas y sentimientos de bienestar como el amor y el cuidado. Además, sirve para amortiguar sentimientos de angustia y estrés”, agrega.
Algo que podemos poner en práctica más que nunca en estos días, si consideramos que nos encontramos en un período de fin de año, tiempo en el que
estábamos acostumbrados a reunirnos en familia para cerrar ciclos y celebrar y que, para muchos, en esta oportunidad será diferente.
“
Las fiestas tienen un componente emocional muy potente, juntarse, abrazarse, compartir, estar con otros y, con la pandemia, muchas de esas experiencias se están viendo limitadas, lo que genera frustración, ansiedad y estrés. Para evitar eso, es importante buscar otras maneras de compartir y acompañarse a la distancia como grabar videos, hacer
reuniones por videollamada, mandarse regalos a las casas, hacer los amigos secretos a distancia, etc. Es difícil asumir que las cosas no son como antes, pero es clave conversar en familia las distintas alternativas para mantener los lazos y la cercanía de una forma más novedosa”, explica
Tomás Miño, psicólogo infanto-juvenil de la Unidad de Trastornos de Ansiedad de Clínica Las Condes.
Según los expertos, para sobrellevar de mejor manera este período, también es importante entender que no se trata de un problema propio, sino de algo que ha afectado a las personas en el mundo entero.
“Esto es clave para tomar distancia y darse cuenta de que estamos todos en las mismas circunstancias y que el no logro de proyectos no tiene que ver solo con uno, sino con la situación mundial. Con esto en mente, se pueden buscar maneras de reorganizar proyectos, adaptarlos, reinventarse y generar nuevas ideas con las limitaciones actuales, ya que es importante mantenerse activo y ocupado”, agrega el psicólogo.
Esto, porque el
cuidado de la salud mental también se relaciona con tomar conciencia de que estamos en una situación excepcional y muy difícil, por lo que se deben privilegiar la contención, el cariño, los espacios de juego familiar y desahogarse con otros, así como pedir la ayuda de un especialista en caso necesario.
Cuándo consultar con un experto
Hay ciertos cambios que pueden ser esperables y normales bajo esta nueva realidad, sin embargo, cuando los síntomas no permiten trabajar, concentrarse, disfrutar de las cosas, salir sin angustia, etc., es necesario consultar a un experto, ya que se puede estar en presencia de algún trastorno depresivo o ansioso.
Algunas señales de alerta son:
- Dificultad para dormir.
- Cambios en el apetito.
- Irritabilidad.
- Angustia elevada.
- Llanto frecuente.
Las cifras de la salud mental
Desde antes del inicio de la pandemia, Chile ya tenía cifras preocupantes en cuanto a la salud mental de la población. De hecho, según la última
Encuesta Nacional de Salud Mental, el 15% de los chilenos mayores de 18 años podría tener depresión.
Ahora, después de meses de incertidumbre en los que hemos debido enfrentar una nueva realidad para la que nadie estaba preparado, las
consultas asociadas al estrés de los meses de encierro,
la sensación de falta de libertad y los proyectos truncados se han incrementado en forma importante.
“Las consultas psicológicas han aumentado este último tiempo y se proyecta que el impacto en salud mental post pandemia será muy fuerte, sobre todo en temáticas depresivas y ansiosas, tanto en la población adulta como en jóvenes y niños, lo que puede ser muy complejo también para las dinámicas familiares”, comenta el psicólogo Tomás Miño.
Nuestro cuerpo bajo estrés
El
estrés afecta directamente a nuestro organismo causando efectos neurobiológicos. Una persona con altos niveles de estrés libera en altas cantidades la hormona del cortisol, lo que afecta el sistema nervioso central, nos pone en alerta, genera más activación y mayor presión arterial. Todo esto hace que se dificulte pensar con claridad, se acelere el corazón y el cuerpo completo no pueda funcionar bien.
Por eso, coinciden los especialistas, en estas situaciones de estrés crónico es clave tomar consciencia de cómo nos está afectando y adoptar las medidas de autocuidado necesarias.
Cómo prevenir
En general, las medidas de prevención se relacionan con:
- Mantener las rutinas.
- Hacer deporte.
- Cuidar la alimentación.
- Practicar yoga, relajaciones y meditaciones.
- En lo posible, separar el trabajo de la casa.
- Favorecer instancias de relajo y diversión.
- Hablar con otros sobre lo que está pasando.
- Cuidar la higiene de sueño.
Por otro lado, Paulina Lucherini aconseja tener una mirada interior con un profundo sentimiento de compasión. “Mirar nuestros temores, nuestros miedos y nuestra realidad nos permite encontrar un mayor bienestar interior que actúa como una onda expansiva donde podemos aliviar nuestro sufrimiento”, concluye.