El programa de Patología de Clínica Las Condes cuenta con un equipo de endourólogos especialistas en el tratamiento de esta enfermedad que afecta al riñón y las vías urinarias.
La litiasis urinaria, comúnmente conocida como cálculos renales, son verdades piedras que se forman en los riñones a partir de partículas minerales que se encuentran en la orina. “Mientras más concentrada esté la orina, más posibilidades hay de que estos minerales se junten y formen un cálculo, el que puede eliminarse espontáneamente o atascarse en la vía urinaria. Por eso es tan importante la ingesta de líquido para mantener diluida la orina”, explica el
doctor Ricardo Susaeta, urólogo, director del Programa de Patología Litiásica de Clínica Las Condes, quien junto con el
doctor Fernando Marchant, también urólogo de Clínica Las Condes, se han subespecializado en endourología, dedicada al tratamiento endoscópico de diversas patologías, principalmente de la litiasis urinaria.
Pero ¿por qué se producen estas piedras que, cuando obstruyen las vías urinarias, muchos describen como uno de los dolores más fuertes que se pueden sentir?
Según explica el doctor
Marchant, hay tres factores principales que influyen en su desarrollo:
- Factores genéticos o hereditarios: existen familias formadoras de cálculos.
- Factores ambientales: pacientes que viven en zonas muy áridas, sometidos a altas temperaturas, o pacientes cuya actividad laboral los expone a situaciones de mucho calor y deshidratación.
- Hábitos alimenticios: baja ingesta de líquidos, mucho consumo de proteínas, especialmente carnes, y alto consumo de sal.
Principales síntomas
El síntoma más característico que puede producir un cálculo urinario es un dolor tipo cólico renal. “La obstrucción de la vía urinaria y la dilatación del sistema es lo que causa dolor, el que, generalmente, se ubica en la espalda, bajo las costillas, en la parte anterior del abdomen del mismo lado y se puede irradiar hacia la zona genital. También hay que sospechar si se presentan infecciones urinarias repetitivas en el tiempo”, explica el doctor
Susaeta. Y agrega que a esto se puede sumar una gran inquietud, náuseas, presencia de sangre en la orina y vómitos.
Si bien en los cuadros más agudos este dolor se describe como uno de los más fuertes, similar al del parto, hay casos más leves en que puede parecerse a una molestia en la espalda de origen muscular o, simplemente, no producir dolor si no hay obstrucción de las vías urinarias.
Por eso no es extraño el diagnóstico de un cálculo renal asintomático a través de una ecografía o escáner que ha sido solicitado por otras razones médicas. Sin embargo, los especialistas recomiendan consultar siempre a un urólogo cuando existan sospechas o evidencias de la presencia de un cálculo en la vía urinaria para evitar complicaciones. Además, en caso de tener antecedentes de haber eliminado cálculos en el pasado o tener familiares con litiasis urinaria, es importante realizar una ecografía abdominal y pelviana como parte de un chequeo preventivo.
¿Qué hacer en caso de tener un cálculo renal?
El tratamiento inicial consiste en manejar el dolor utilizando analgésicos antiinflamatorios, calo local y consumiendo líquidos en forma moderada. También se pueden agregar medicamentos que dilatan el uréter para ayudar a expulsar el cálculo. “Si con estas medidas no se revierte la situación, probablemente el paciente deberá ser hospitalizado”, explica el doctor
Marchant.
Sin embargo, agrega el doctor Susaeta, existen situaciones en que no se puede esperar la expulsión espontánea del cálculo, como la presencia de una infección urinaria, insuficiencia renal, paciente con un solo riñón, necesidad de un viaje o trabajar en un lugar aislado o presentar dolor intratable durante el intento de tratamiento expulsivo, por lo que la cirugía se presenta como la mejor opción.
En este caso, el tipo de intervención que se realice dependerá de distintos factores como el tamaño y la ubicación del cálculo, entre otros, y pueden ser:
Ureteroscopía: técnica mínimamente invasiva y de gran eficacia que se utiliza cuando el cálculo se encuentra en el uréter –conducto que lleva la orina del riñón a la vejiga- e incluso en el riñón. Se realiza una exploración endoscópica con un instrumental muy fino, se localiza el cálculo y con un láser se rompe para luego extraer los fragmentos. Es un procedimiento poco invasivo, de rápida recuperación y que ha probado ser el más efectivo en la mayoría de los cálculos urinarios.
Cirugía percutánea: es otra técnica endoscópica con la que se realiza una punción renal en la espalda, creando un estrecho “túnel” por donde se accede al riñón con un instrumento endoscópico especial, se fragmenta el cálculo y se extrae.
Litotripsia extracorpórea: consiste en apoyar en la espalda del paciente una máquina que emite ondas de choque para fragmentar el cálculo y así permitir su evacuación en forma espontánea. Es un procedimiento que, si bien no es tan efectivo como los dos anteriores, es menos invasivo, de rápida recuperación y con buenos resultados.
“Como equipo encargado del manejo de cálculos urinarios de Clínica Las Condes hemos logrado tener, no solo la mayor y mejor variedad de instrumentos y equipos existentes en el país, sino, además, mantenernos en capacitación continua en centros de vanguardia para brindar la mejor atención a nuestros pacientes”, asegura el doctor
Susaeta.