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Hombre de 40 en fondo con vegetación

¿Cómo sé si tengo cálculos renales?

10 de mayo, 2019 Tratamiento y Recuperación
• El dolor que producen comienza en la zona lumbar y posteriormente va bajando hasta la vejiga. Es considerado uno de los más fuertes que puede experimentar el ser humano.

Los cálculos renales son depósitos duros, similares a una piedra, compuestos por minerales y sales que se forman dentro de los riñones. Si bien sus causas son múltiples, lo más común es que aparezcan en personas que ingieren poco líquido, ya que los minerales presentes en la orina se concentran y cristalizan, formando una especie de piedra.

Pueden ser diminutos como un grano de arena o tener varios centímetros. Sin embargo, para el endourólogo de Clínica Las Condes, Fernando Marchant, lo que más llama la atención es el dolor que producen cuando bajan desde el riñón hasta la vejiga para luego ser expulsados, ya que es considerado uno de los más importantes que puede sentir el ser humano. “El dolor comienza en la zona lumbar y se irradia bajando por el uréter hasta llegar a la vejiga. Se llama cólico porque parte lentamente hasta llegar a una instancia muy dolorosa, se mantiene y luego puede volver a bajar. Es un motivo de consulta de urgencia frecuente por el dolor, ya que el cálculo al obstruir la vía urinaria, por pequeño que sea, si tapa el uréter produce este dolor crónico que se irradia hacia abajo”, explica el especialista.

 

¿Por qué aparecen los cálculos renales?



Hay muchos factores que influyen en la aparición de cálculos en el organismo, algunos se relacionan con el lugar en el que vivimos, la temperatura a la que estamos expuestos, el agua que consumimos o incluso qué tan hidratados estemos. Esto último porque la orina del ser humano está compuesta por distintos elementos y minerales, que en una persona con poca hidratación, se pueden concentrar al punto de formar pequeñas piedras o cálculos.

El doctor Ricardo Susaeta, endourólogo y director del Programa de Patología Litiásica de Clínica las Condes, recomienda a sus pacientes que no alcancen a sentir sed para tomar agua, sino que se mantengan hidratados siempre. “Lo ideal es que tomar agua se vuelva un hábito, pero una buena forma de saber si estamos hidratados es controlando la orina. Cuando está más clara, como jugo de limón, significa que está diluida, es decir, normal. Pero si la orina tiene el color del té, es un signo de que la persona está tomando poco líquido”, advierte.
 
  • Ingesta de líquido: Beber al menos dos litros de agua al día y mantenerse hidratado constantemente.
 
  • Moderar el consumo de sal: El sodio es súper relevante en la formación de cálculos, por lo que si su consumo es alto, efectivamente esa persona tendrá más riesgo.
     
  • Dieta baja en proteínas: La ingesta de carnes rojas, pescado o cerdo también se relaciona con la formación de litiasis, por lo que no deben se consumidas en exceso.
 
  • Actividad física: Realizar ejercicio constantemente, por lo menos dos o tres veces a la semana, ayuda a prevenir la aparición de cálculos renales. Es importantre evitar la dehidratación durante la actividad física.
 

¿Cómo sé si tengo cálculos renales?



Hay muchas molestias que las personas no asocian directamente con cálculos renales, es más, puede que incluso nunca lleguen a experimentar ninguna, ya que cuando los cálculos están en los riñones no presentan síntomas. Sin embargo, cuando van descendiendo es cuando generan dolor y donde más fácil se les puede identificar. “Muchos pacientes llegan primero donde el urólogo por un dolor lumbar, pero el dolor de un cólico renal es súper característico. Es bien intenso y se irradia desde el riñón hacia la zona vesical, pudiendo comprometer los genitales. Probablemente es uno de los dolores más fuertes que puede sentir una persona. Además, se asocia a otros síntomas como náuseas, vómitos o deseos de orinar a cada momento”, explica el endourólogo de Clínica Las Condes, Fernando Marchant.

 

¿En qué consiste la cirugía?



La forma de tratar los cálculos es bastante amplia y va a depender del lugar donde estén ubicados, el tamaño y las consecuencias de su aparición, ya que muchas veces se eliminan solos. “Cuando enfrentamos un paciente con un cólico renal, el tratamiento dependerá del tamaño, ubicación del cálculo, si hay alguna complicación asociada y si el paciente no puede esperar la expulsión espontánea. Para esto realizamos un scanner abdominal (Pielo tac) que nos da la información que necesitamos. Los cálculos menores de 5 mm de diámetro tienen más probabilidades de ser expulsados espontáneamente con la ayuda de medicamentos, por eso a veces esperamos hasta tres o cuatro semanas, pero estamos muy atentos para ofrecer otras alternativas de resolución quirúrgica. Hoy en dia la cirugía se realiza de forma endoscópica, con aparatos en miniatura para provocar el menor daño posible y así solucionar el problema”, finaliza el doctor Ricardo Susaeta.

 
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