Uno de cada cuatro chilenos padece alguna alteración tiroidea funcional, según la última Encuesta Nacional de Salud, por lo que las terapias de yodo son cada vez más frecuentes. Conoce más su aplicación y cuidados posteriores.
La
tiroides es una glándula que se ubica en el centro del cuello y su función principal es sintetizar hormonas que regulan el metabolismo corporal. Cuando ésta falla y secreta demasiada hormona tiroxina, el metabolismo del cuerpo se acelera, causando latidos rápidos e irregulares y una involuntaria pérdida de peso. Esto se conoce como hipertiroidismo.
Otra de las enfermedades asociadas a la glándula de la tiroides es el cáncer, que si bien en un comienzo no presenta síntomas, a medida que el tumor va creciendo, el paciente puede sentir un pequeño bulto a través de la piel (en la zona del cuello), experimentar cambios en la voz o incluso dificultad para tragar. Ambas patologías tiroideas pueden tratarse con yodo radioactivo.
¿Cómo funciona el yodo radioactivo?
Uno de cada cuatro chilenos padece alguna alteración tiroidea funcional, según la última Encuesta Nacional de Salud, por lo que las terapias de yodo son cada vez más frecuentes en Chile. Sin embargo, no todos conocen muy bien en qué consisten. El
doctor Patricio Trincado, endocrinólogo de Clínica Las Condes, explica que esta terapia se indica en personas con hipertiroidismo y también como tratamiento complementario en algunos tipos de cáncer de tiroides, y consiste en administrar yodo radioactivo de forma oral a los pacientes, generalmente a través de pequeñas cápsulas, las que se absorben y son transportadas hasta la tiroides, destruyendo las células.
“El yodo es captado casi exclusivamente por células tiroideas, y al ser radioactivo, las células son destruidas. En algunos casos, la aplicación del tratamiento se realiza de forma ambulatoria, ya que solo se administran pequeñas dosis, pero también hay pacientes que necesitan una dosis mayor, por lo que deben permanecer hospitalizados en aislamiento, ya que después de ingerir el yodo se liberan pequeñas cantidades a través de la sudoración, orina o secreciones respiratorias, que podrían afectar a otras personas y dañarles sus respectivas tiroides”, comenta el especialista.
¿Es riesgosa la terapia con yodo radioactivo?
Para el
endocrinólogo de Clínica Las Condes, al igual que todos los tratamientos, el yodo radiactivo también puede ocasionar efectos secundarios, aunque aclara que son muy poco frecuentes. “Al momento de recibir la cápsula, algunos pacientes pueden presentar náuseas, y después de varios días, muy pocos notan disminución del sentido del gusto, lo que es reversible. Otro de los efectos posibles es inflamación de las glándulas parótidas, dando síntomas parecidos a las paperas, lo que se puede tratar con antinflamatorios, cediendo después de dos o tres días”, señala.
Una vez que el paciente deja el aislamiento, que funciona de forma muy similar a una hospitalización normal, no necesita tener cuidados especiales, solo debe preocuparse del control de niveles hormonales, para así adecuar el tratamiento con hormona tiroidea.