EVITA QUE EL CLORO DE PISCINAS AFECTE TU PIEL Y VÍAS RESPIRATORIAS

De dermatitis atópicas a dificultades respiratorias, pasando por irritaciones cutáneas, nasales y de garganta, son posibles efectos si se está expuesto durante largos periodos o si las concentraciones de cloro en una piscina son demasiado elevadas. Entérate de las recomendaciones para prevenir.

El cloro es imprescindible para mantener las piscinas libres de microorganismos, sin embargo, puede tener efectos en la piel y las vías respiratorias, especialmente si las concentraciones son elevadas o se está expuesto durante largos periodos. Esto último es altamente probable considerando que comienzan las vacaciones escolares y que el pronóstico de la aplicación AccuWeather para el próximo 24 de diciembre en la Región Metropolitana supera los 37 grados.

Procurar que las concentraciones de cloro en la piscina sean las correctas y siempre monitorearlas es la primera recomendación que entregan nuestros especialistas broncopulmonares y dermatólogos. Y es que el cloro en cantidades excesivas tiene efectos tóxicos en la piel. Sin embargo, para que se vean afectadas las vías respiratorias, son necesarias concentraciones mucho más altas, algo poco usual en las piscinas, aunque puede ocurrir.

A continuación, revisa el detalle de los efectos en la piel y las vías respiratorias por larga exposición a altas concentraciones de cloro en piscinas. La presencia de alguno de ellos puede ser señal de que los niveles de cloro de tu piscina requieren regulación. También te dejamos las recomendaciones de nuestros especialistas para prevenir cualquiera de estos episodios.

En la piel:

 

• Resequedad y descamación: El cloro puede eliminar los aceites naturales de la piel, dejando una sensación de sequedad y, en casos extremos, provocar descamación.
• Irritación: En personas sensibles, el cloro puede causar enrojecimiento, picazón o incluso dermatitis.
• Dermatitis atópica: El exceso de cloro empeora cuadros de dermatitis atópica (piel seca) que afecta al 20% de los niños.
• Empeoramiento de afecciones preexistentes: Condiciones como eczema o psoriasis pueden agravarse con la exposición al cloro.
• Cabello y uñas: Aunque no es piel, el cloro también puede afectar el cabello, volviéndolo seco y quebradizo, y las uñas, debilitándolas.

En las vías respiratorias:

 

• Irritación nasal y de garganta: La inhalación de vapores de cloro puede provocar irritación, tos y sensación de ardor.
• Exacerbación de alergias o asma: Las personas con problemas respiratorios como asma pueden experimentar síntomas más severos debido a los compuestos volátiles del cloro, como las cloraminas.
• Rinitis o bronquitis: La exposición repetida o prolongada puede llevar a inflamación en las vías respiratorias superiores e inferiores.
• Sensación de ahogo o dificultad respiratoria: En ambientes mal ventilados, como piscinas cerradas, la concentración de vapores de cloro puede ser más alta y causar molestias significativas.

Recomendaciones para prevenir estos efectos y cuidar nuestro cuerpo:

 

• Ducha previa y posterior: Ducharse antes y después de nadar ayuda a proteger la piel al eliminar contaminantes y restos de cloro.
• Hidratación: Usar cremas hidratantes y productos para el cabello después de nadar para reponer los aceites naturales.
• Anteojos y tapones: Para proteger los ojos y los oídos, evitando irritaciones.
• Ventilación adecuada: En piscinas cerradas, asegurarse de que el área esté bien ventilada.
• Evitar exposición prolongada: Especialmente si hay molestias respiratorias o cutáneas.

Si los síntomas persisten o se agravan, el llamado de los especialistas es a consultar a un médico, especialmente en casos de reacciones alérgicas o problemas respiratorios recurrentes, para evitar consecuencias más graves para el organismo.