La enfermedad celíaca es una afección crónica que produce una atrofia a nivel de las vellosidades intestinales, ocasionando una mala absorción de los nutrientes. A continuación, un especialista CLC te explica en detalle cuáles son los principales síntomas, cómo tratarla y qué alimentos son recomendados para convivir con esta patología.
Diarrea, hinchazón abdominal, fatiga y cambios de ánimo son algunos de los síntomas más comunes de la
enfermedad celíaca. Sin embargo, existe una serie de otros indicios que se relacionan a la mala absorción de vitaminas y minerales y que pueden producir otras enfermedades como
desnutrición y anemia.
El doctor
Samuel Sabah, gastroenterólogo de Clínica Las Condes, explica que es importante que el médico conozca la
amplia gama de síntomas y signos de presentación de un paciente con esta patología para así solicitar los estudios correspondientes para examinar esta enfermedad. “Uno de los principales problemas para realizar un diagnóstico precoz se debe a que en muchos casos el cuadro clínico inicial puede ser de presentación inespecífica como por ejemplo
anemia, retraso del crecimiento, baja de peso, osteoporosis precoz, infertilidad, dermatitis o neuropatía periférica”.
Luego del análisis del cuadro clínico, es útil apoyarse con el estudio serológico en sangre como anticuerpos elevados –característicos de la enfermedad celíaca– como también en ocasiones seleccionadas, algunos marcadores genéticos. Lo anterior se complementa con el estudio histológico de biopsias que se toman del duodeno del paciente, a través de una
endoscopía digestiva alta. El especialista CLC explica que el diagnóstico es relativamente breve, por lo que dependerá fundamentalmente de lo rápido que el paciente pueda acceder al examen de sangre y al procedimiento endoscópico.
Diagnóstico tardío
En general,
la celiaquía afecta a alrededor del 1% de la población mundial sin discriminar en edades. Sin embargo, el número de diagnosticados aumenta cada año. Es más común hacer una detección temprana en niños, ya que una vez adultos, las sintomatologías suelen ser más inespecíficas retrasando el diagnóstico. En este sentido, el tiempo promedio entre que aparecen los síntomas y el diagnóstico es entre 7 y 10 años, principalmente por los síntomas digestivos y extra digestivos muy poco específicos, lo que retrasa la sospecha clínica por parte del equipo médico.
“Hay patrones clásicos de
síntomas en niños como
anorexia, palidez, letargia, distonía, distensión y dolor abdominal, vómitos, deposiciones oleosas,
retardo del crecimiento y pubertad tardía. En adultos pueden consultar también por diarrea crónica, baja de peso, anemia, dolor abdominal a repetición, o sea, con un cuadro clínico bastante inespecífico. Para complicar más aún el diagnóstico, una proporción menor de pacientes pueden consultar por patrones clínicos no clásicos como constipación,
obesidad, ardor retro esternal”, explica el
gastroenterólogo de Clínica Las Condes.
Aumenta cada año
Más del 70 % de los pacientes en el momento del diagnóstico, tienen más de 20 años de edad. En este sentido, el doctor Samuel Sabah, señala que hay varios estudios que demuestran un aumento importante de casos nuevos de enfermedad celíaca a nivel mundial. “En parte, esto se debe a una mejoría en las herramientas diagnósticas y a que se hace un examen más exhaustivo de los individuos considerados de alto riesgo de padecer este trastorno. No obstante,
en la actualidad son mucho más los casos no diagnosticados que los diagnosticados”.
En este sentido, el especialista detalla que “la prevalencia en los países occidentales es de alrededor del 1% de la población general, con rangos a nivel mundial de entre 0,3 y 2,4% aproximadamente de la población. En Latinoamérica sería entre 0,46 % y 0,64%, teniendo una frecuencia en Chile los últimos años de 0,6% aproximadamente de su población”.
¿Qué alimentos se deben dejar de lado?
El pilar principal de la
terapia del paciente celíaco no es farmacológico, sino que se sustenta en llevar una
dieta libre de gluten. Éste y las proteínas relacionadas están presentes en el trigo, centeno y cebada, las que son muy utilizadas hoy en día en el procesamiento de alimentos para dar a la masa las propiedades de la cocción deseadas, además de agregar sabor y mejorar la textura. En Chile, el principal alimento que contiene gluten es el pan.
“Es muy importante evitar todo el tema relacionado con la
contaminación cruzada que pudiera aparentar una dieta libre de esta proteína, cuando en la realidad no es así. Cuando se compran alimentos libres de gluten, se debe fijar la atención en que estén etiquetados y certificados como tal. Habitualmente debe aparecer una “espiga” dentro de un círculo, que es el signo internacional de los productos sin gluten. Señalar que hay algunas organizaciones a nivel nacional creadas ya hace varios años, como Coacel y Convivir, que han contribuido a orientar a los pacientes respecto a la
alimentación sin gluten entre otras de sus actividades”.
¿Se puede curar esta enfermedad?
La enfermedad celíaca en su definición se considera como una afección crónica, por lo que curación propiamente tal, no existe. Pero sí es muy importante destacar que un tratamiento adecuado con una dieta libre de gluten, una gran mayoría de los pacientes (no la totalidad), podrá llevar una muy buena
calidad de vida, sin síntomas ni signos característicos como minimizar al máximo las complicaciones que esta enfermedad pudiera provocar.
Últimos avances
La dieta sin gluten es el pilar fundamental para la terapia de la enfermedad celíaca, no obstante, en la actualidad hay una serie de estudios clínicos en fases preliminares dirigidos a estrategias de:
- Reducción de la toxicidad del gluten, de la permeabilidad intestinal, detoxificación de los péptidos del gluten, acción sobre los mediadores de la inflamación y alteración de la inmunidad adaptativa mediada por la inducción de la tolerancia. Lo anterior incluye por ejemplo terapias con inmunomoduladores, terapias biológicas, vacunas, entre otras.
- Otro aporte de los últimos años es la detección de péptidos inmunogénicos del gluten (GIP), que permite detectar precozmente pequeñas ingestas de gluten que son excretadas en deposiciones u orina y permiten vigilar la ingesta de este producto por parte de los enfermos celíacos de manera más rápida.
- Se está trabajando en la detección de algunas proteínas que miden la respuesta inmunitaria del intestino y que servirían como marcadores de ingesta de gluten.