Es una de las bacterias más comunes en el mundo, sobre todo en Chile.
La
Helicobacter pylori (H. pylori) es un tipo de bacteria que causa infecciones en el estómago. Es una de las que más infecciones de este tipo causa en el mundo y se encuentra, aproximadamente, en dos tercios de la población global.
En Chile, la prevalencia se encuentra entre el 65-70%, aunque hay variaciones según la geografía. “Puede ser tan frecuente como 8 de cada 10 personas”, dice el doctor
Pablo Muñoz, gastroenterólogo de Clínica Las Condes.
“La infección por Helicobacter pylori afecta a todo el planeta, pero en distinta frecuencia, siendo más prevalente en países subdesarrollados y menos frecuentes en los desarrollados”, indica.
La bacteria nos hace más propensos a la gastritis, duodenitis (inflamación del duodeno), úlcera de duodeno y de estómago.
¿Se puede prevenir?
De acuerdo con el doctor, la mejor estrategia es mejorar las condiciones sanitarias del país, “es decir, uso de agua potable, alcantarillado y adecuada técnica de manipulación y conservación de alimentos. El tratamiento eventualmente disminuye la propagación”, dice.
Sus síntomas son inespecíficos e incluso pueden no existir, por lo que sólo estudios dirigidos pueden certificar la presencia de la bacteria. “Dentro de los más usados existe la detección de antígenos de la bacteria en deposición, medición de un marcador de la bacteria, en aire espirado o mediante una
endoscopía digestiva alta donde se puede buscar dirigidamente con test rápido o mediante biopsias”.
Una
endoscopía entrega información sobre la presencia de la bacteria y una correlación con los síntomas. “En otras palabras, no todos los síntomas son causados por la infección”, dice el doctor.
La infección crónica con la bacteria puede asociarse a daño con cambios progresivos que favorecen la aparición de
cáncer gástrico. “En este sentido la endoscopía y eventualmente biopsias entregan información sobre riesgo futuro y nos señalan pauta de seguimiento”, señala.
La endoscopía digestiva alta es un examen rutinario en el cual, tras recibir un anestésico local y una sedación endovenosa, se introduce un video endoscopio por la boca, realizando un examen visual del esófago, estómago y parte inicial del intestino delgado. Es ambulatorio e indoloro.