Alzheimer: la mayoría llega al diagnóstico tarde
17 de febrero, 2020
·Tratamiento y Recuperación
Familiares consultan cuando hay problemas de comportamiento, agresividad o desinhibición.
Se estima que más de 250 mil personas en Chile tienen alguna demencia, de las que cerca del 60% corresponden a Alzheimer. La enfermedad, que afecta sobre todo después de los 75 años, es lenta, progresiva e irreversible, y aunque no tiene tratamiento, detectarla a tiempo permite adaptarse mejor, ofreciendo una mejor calidad para el paciente y su familia. Sin embargo, la mayoría llega en etapas avanzadas.
“En etapas más avanzadas las personas están sobrepasadas, el cuidador estresado, la persona comienza a hacer dependiente del otro”, dice el doctor Gerardo Fasce, geriatra jefe de la Unidad de Cuidados del Adulto Mayor de Clínica Las Condes.
Es decir, se llega tarde cuando la persona ya está con un problema de comportamiento, agresividad, desinhibición, ha tenido caídas o se perdió, señales de que la enfermedad está consolidada o en una etapa intermedia.
¿Cómo detectarla cuando está en una etapa inicial?
“Cuando comienzan las dificultades”, indica el especialista. La demencia es una alteración cognitiva, por lo que principalmente aparecen problemas de la memoria, el lenguaje, la capacidad de nombrar objetos, recordar y organizar fechas, por ejemplo.
“Cuando afecta el nivel de independencia hablamos de enfermedad. Las primeras señales son sutiles, las personas alrededor son las primeras que lo notan”, dice. Eso, a pesar de que muchas personas tratan de ocultar el problema minimizando sus síntomas, considerándolos normales, lo que empeora el problema. “La normalización hace que lleguemos más tarde”, enfatiza.
El Alzheimer no se puede tratar ni tampoco prevenir directamente, aunque hay algunas estrategias preventivas que hoy se sabe podrían aumentar la posibilidad de que aparezca, como:
- Mala alimentación.
- Malos hábitos como el tabaquismo, el alcohol o las drogas.
- Dormir mal.
- Estar estresados.
- La obesidad.
- No controlar enfermedades, por ejemplo, que hacen a la persona más vulnerable.
“Tener un familiar cercano que tuvo la enfermedad también es un factor de riesgo, porque el Alzheimer tiene un componente hereditario, pero es un factor más. Hoy tenemos estrategias para identificar si tiene el perfil hereditario, pero es discutible la utilidad práctica que tiene. Se puede saber que tendrá la enfermedad, pero no cuándo”, dice el geriatra.