En la actualidad hay más posibilidades de que la futura madre elija las condiciones en que quiere el parto.
Volver a los
partos más naturales es cada vez más solicitado, sin anestesia ni medicamentos, como se hacía antiguamente. “El
parto natural es una tendencia que marca ritmo, porque hay muchas mujeres que quieren experimentar el método natural y eso es bastante válido. Lo que pasa es que la medicina nos acostumbra a conducir un parto y usar anestesia o medicamentos que ayuden con las contracciones. Finalmente, se trata de un parto vaginal, pero es intervenido”, explica el doctor
Marcelo Pradenas, ginecólogo obstetra de Clínica Las Condes.
A ello, el especialista indica que estamos diseñados para nacer en forma vaginal. “La cabecita de las guaguas está preparada para tener una pequeña deformación y pasar por
canal de parto, que tiene mucho menos incidencia de alergia por la colonización de bacterias de la mamá”, dice.
Es decir, el parto vaginal ayuda al recién nacido a estar mejor preparado para el futuro, tanto en su preparación física como inmunidad. “Por otro lado, la recuperación de la madre es 90% mejor en el
parto vaginal, más tranquila, de mejor ánimo. También ayuda a tener mejor lactancia, que es más rápida y fluida que en una cesárea”, agrega.
El especialista indica que hay que tener en cuenta que la guagua es el que determina el momento en que quiere nacer, a no ser que sea un
parto prematuro. “Y en un parto natural, la madre tiene más libertad de movimiento y, al tener sensación plena de pujo, va a cooperar. Es cierto que duele, incluso en los casos en que se coloca anestesia, pero esto fluye de forma más natural”, indica.
De esta forma, existe la
epidural, que ayuda a algunas mujeres a tener un mejor parto natural. “Es decir, la mujer debe decidir cuánto y qué parto quiere, pero con información, sabiendo las ventajas de uno u otro”, explica el ginecólogo obstetra.
Cabe mencionar que una mujer puede elegir un parto natural, sin embargo, en la fecha de término la guagua no se dio vuelta o sus latidos empezaron a disminuir. “En el 15% de los casos existe una patología que obligue a interrumpir el embarazo con cesárea, cambiando el plan de la pareja”, agrega.