Condiciones como la fertilización asistida, embarazos múltiples o que requieren muchos controles pueden producir ansiedad y estrés.
El
embarazo, por sí solo es un estado donde aumentan los factores de estrés, pero en algunos casos puede tornarse como un problema que requiere apoyo especializado.
El doctor
Andrés Pons, ginecólogo obstetra de Clínica Las Condes, indica que la frecuencia de estrés durante el embarazo es variable y depende de condiciones ambientales y personales.
“Los embarazos que son producto de
tratamientos de fertilización asistida o que presentan patologías en su desarrollo se acompañan de mayor nivel de incertidumbre,
angustia y estrés”, dice.
También embarazos múltiples o que implican controles más frecuentes u hospitalización o condiciones ambientales, familiares y laborales pueden afectar el estado anímico de algunas pacientes.
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Se puede controlar. La mayoría de las veces se pueden controlar ciertas condiciones de incertidumbre o temores con respecto a la evolución del embarazo, simplemente conversando con el médico tratante, dice el especialista.
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No te quedes sólo con la información de internet. Es aconsejable antes que informarse por las redes sociales, resolver las dudas con el médico o matrona tratantes.
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El ejercicio físico ayuda. Tener actividad física moderada o ejercicios de relajación también es de ayuda.
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Fármacos. En algunos casos puede ser necesaria la colaboración de un psicólogo o, incluso, tratamientos farmacológicos.
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Consulta. “Si el embarazo está significando un trance amargo y no una instancia de felicidad, es necesario conversarlo con el médico tratante, quien decidirá los pasos a seguir y las evaluaciones por otros especialistas si es necesario”, enfatiza el doctor Pons.
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Impacto en el feto. El estado anímico y el estrés pueden generar dificultades en el embarazo si no son manejados adecuadamente. “Puede aumentar el riesgo de contracciones y eventualmente de parto prematuro. Recientes investigaciones han asociado estas condiciones a desarrollos y conexiones neuronales distintas en el feto. Por último, pueden generar dificultades con el apego del recién nacido”, dice.
No obstante, solucionando adecuadamente el estrés y generando apego, fomentando la
lactancia y estimulación adecuada en la infancia, se puede obtener un ambiente y condiciones para un desarrollo adecuado después del nacimiento.