Afecta principalmente a los adolescentes de 8 a 13 años y suele ser confundido con la maña.
La sigla es poco conocida:
ARFID, traducido al español como desorden de ingesta alimentaria evitativa o restrictiva, es un trastorno de alimentación que hace que quienes lo sufren, eliminen tal cantidad de alimentos de su dieta que ponen en riesgo su salud física y desarrollo psicosocial.
Afecta al 3,2% de los adolescentes de 8 a 13 años –aunque puede aparecer en mayores-, y en la actualidad el 14% de los pacientes que consultan por trastornos de alimentación lo tienen. A diferencia de la
bulimia y
anorexia, quienes lo padecen no tienen problemas con su cuerpo y, de hecho, son conscientes de que no es correcto comer tan poco y mal.
La doctora
Verónica Gaete, pediatra experta en trastornos alimentarios del
Centro de Adolescentes y Jóvenes de Clínica Las Condes, señala que
los afectados por el ARFID suelen comer en poca cantidad, a veces en porciones ínfimas, pero no están preocupados de hacer dieta, por el contrario, suelen hacerles no comer frutas y verduras y preferir alimentos envasados, altos en grasas o carbohidratos.
Los pacientes no suelen contar lo que les pasa y, por lo general, dicen cosas como "me da asco comer eso".
La aversión a ciertos alimentos tampoco es ideológica -como en el veganismo, por ejemplo-, sino que se basa en el rechazo a texturas, olores, temperatura o colores de la comida.
“En este escenario los padres suelen equivocarse. Su reacción suele empeorar el diagnóstico, profundizándolo. Lo más común es tratar al hijo de ‘cabro chico mañoso’ y obligarlo a comer eso que aborrece, pero esta conducta tiende a reforzar la fobia. Los padres de los pacientes, con altos niveles de angustia, consultan cuando la convivencia familiar se vuelve complicada y la hora de comer intolerable”
— Dra. Verónica Gaete
Acomodarse y dejar de salir a comer restoranes o con amigos no es una solución para proteger al hijo, sostiene la doctora Gaete. Por el momento,
la estrategia recomendada es similar a la que se utiliza en casos de anorexia, es decir un enfoque interdisciplinario, donde se trabaja con la familia, un pediatra monitorea la estabilidad del paciente, un psiquiatra aporta medicamentos ansiolíticos si es necesario y un nutricionista supervisa la dieta.