Reporte de la OCDE indicó que entre 2016 y 2017 aumentó 9,3% la proporción de adultos obesos.
Malos hábitos alimentarios y el
sedentarismo son dos factores que tienen a Chile en uno de los peores rankings posibles: el de obesidad. Según un reporte de la OCDE, entre 2016 y 2017, el país registró un aumento del 9,3% en la proporción de adultos obesos (mayores de 15 años), lo que nos deja en el segundo lugar del mundo entre los países con mayores índices de obesidad, sólo superados por Estados Unidos.
El reporte es alarmante, porque en dos años la
obesidad en adultos pasó de 25,1% al 34,4%. Para el
Ricardo Funke, cirujano digestivo del Centro de Nutrición y Bariátrica de Clínica Las Condes, una de las razones del crecimiento de la obesidad en Chile es que, "según la última Encuesta Nacional de Salud, el 86,7% de los chilenos son sedentarios. También es un tema cultural que lleva a que seamos, seguramente, el país con el nivel más alto de sedentarismo en Latinoamérica", asegura.
El doctor Funke, que también es presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica, es vital una
mayor participación del Estado en el acercamiento al problema.
"Se debería entregar más información sobre políticas educativas. Creo que también falta potenciar aún más la ley de etiquetado, entregar alimentos más sanos en los colegios y, por otro lado, tratar de ofrecer alguna alternativa a los pacientes que tienen obesidad", dice.
La
doctora Ada Cuevas, nutrióloga del Centro de Nutrición y Bariátrica de Clínica Las Condes, agrega que las medidas que se han tomado para educar a la población -como los programas para comer sano o la ley de etiquetado- son útiles, “pero se necesitan medidas más agresivas, campañas de actividad física en colegios, inversión en ciclovías”, por ejemplo. Una inversión más fuerte en infraestructura y educación.
Medidas más agresivas para atacar la obesidad en Chile
La
ley de etiquetado de alimentos y programas como “Elige vivir sano” son dos ejemplos de las medidas que se han tomado a nivel de políticas públicas para tratar de bajar los altos niveles de obesidad en el país, pero están lejos de ser suficientes.
Según un reporte de la OCDE, en los dos años la
obesidad en adultos pasó del 25,1% al 34,4%, lo que nos pone en el segundo lugar entre los países más obesos del mundo, sólo superados por Estados Unidos. Encuestas nacionales han reportado similar condición.
“Los resultados de la última Encuesta Nacional de Salud son bastante desalentadores, si comparamos la encuesta previa, años atrás había un incremento importante del problema de obesidad y enfermedades asociadas, como la diabetes, personas con colesterol alto, mayor
riesgo cardiovascular y síndrome metabólico”, sostiene la nutrióloga Ada Cuevas.
Una vida más sedentaria, en la que caminamos poco, se usa mucho el auto, la alimentación ha cambiado, los niños tienen más colaciones envasadas, entre otros. “Si bien ha habido un esfuerzo con los kioscos saludables, el problema tiene que abordarse desde la casa, con educación fuerte, porque el problema claramente no va en descenso”, dice la especialista.
Todas las medidas que trasmiten educación a la población son útiles, indica la doctora Cuevas, pero se necesitan medidas más agresivas. “Campañas de
actividad física en los colegios o inversión en ciclovías. Necesitamos inversión mayor y educación fuerte desde los colegios, en las casas. Si un niño ve que en su familia hay mala alimentación no va a aprender hábitos saludables. He captado cierta preocupación por educar mejor a los hijos en el tema, esperamos que repercuta favorablemente en los próximos años”, dice.
Se ven señales positivas de las intervenciones, como el etiquetado, pero aún hay índices preocupantes en las enfermedades provocadas por la obesidad. “Todas son enfermedades crónicas, como la diabetes, de por vida, donde el costo en salud es tremendo. Es importante prevenir este problema, partir abordándolo desde muy temprano en la vida”, asegura.