¿Cómo regulamos la ingesta de alimentos y el gasto calórico?

El proceso de alimentación es esencial para la vida. El organismo cuenta con un sistema homeostático muy complejo que permite regular el hambre y la saciedad, con el fin de mantener un equilibrio adecuado y así evitar excesos o carencias de nutrientes.

El centro maestro implicado en esta compleja regulación, es el hipotálamo (ubicado en la base del cerebro), el cual integra múltiples señales provenientes del sistema nervioso central y de la periferia: hormonas intestinales, gástricas, pancreáticas, tiroideas y tejido graso, algunas estimulan el apetito, la búsqueda de alimentos, la producción hepática de glucosa y otras producen el efecto contrario.

El doctor Alfredo Molina, nutriólogo del Departamento de Nutrición y Vida Saludable de CLC, explica que existe otro factor muy relevante en el equilibrio del balance energético (ingreso calórico menos gasto calórico).
 
“Se trata del componente hedónico de la alimentación, es decir, del placer que implica la comida, teniendo un rol muchas veces significativo en el desplazamiento hacia arriba de nuestro peso de equilibrio, fijando un set point de peso más elevado”, expresa.
 
El especialista dice que, dentro del gasto calórico, es importante mencionar el tejido musculoesquelético, ya que, con la contracción muscular, se secreta una proteína denominada irisina, que juega un rol relevante en el incremento del gasto energético.
 
Por otra parte, las conexiones provenientes de otros centros cerebrales, como aquellos que guardan relación con las emociones, también pueden alterar el punto de equilibrio del peso corporal.
 
“Por ejemplo, en el caso de un trastorno del ánimo, este podría manifestarse con aumento o disminución del hambre”, sentencia el doctor.
 
Un mayor conocimiento de los mecanismos y elementos involucrados en el control del peso permitirá continuar optimizando el arsenal terapéutico utilizado para el manejo de la obesidad.