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Madre e hija con lentes

La importancia de cuidar la visión

09 de octubre, 2020 Tratamiento y Recuperación
La especialidad de Oftalmología de Clínica Las Condes cuenta con un equipo de profesionales altamente calificado y la mejor tecnología para el diagnóstico y tratamiento de una gran variedad de enfermedades oculares.

Problemas de lentes, cirugía refractiva y de cataratas, enfermedades retinales como retinopatía diabética o degeneración macular, glaucoma, enfermedades palpebrales, enfermedades inflamatorias oculares y mejoras cosméticas son las patologías más comunes a la visión que se pueden presentar en distintas etapas de la vida. Por eso, cuidar la salud visual es fundamental, ya que permite diagnosticar a tiempo y evitar complicaciones que pueden afectar fuertemente la calidad de vida de las personas.
 
“En Clínica Las Condes contamos con un equipo de nueve oftalmólogos subespecialistas, caracterizados por su compromiso por brindar una atención de máxima calidad y con tecnología de punta”, comenta el doctor Pablo Sabat, oftalmólogo de Clínica Las Condes.

Además, en el contexto de la actual crisis sanitaria por el Covid-19, donde el confinamiento ha provocado un importante aumento en el uso de pantallas y dispositivos electrónicos, se hace aún más importante estar atentos a la aparición de ciertas molestias para consultar a tiempo y evitar problemas mayores a largo plazo.
 
“Si bien el uso de dispositivos electrónicos no causa directamente un daño ocular permanente, la utilización excesiva e inadecuada de las pantallas puede provocar importantes molestias visuales”, explica la doctora Marcela Pérez, oftalmólogo de Clínica Las Condes. Algunas de ellas son:
 
  • Cansancio visual digital o síndrome visual informático: los factores principales que influyen en este problema son el ojo seco, el agotamiento de la acomodación o enfoque y los problemas de lentes.
 
  • El ojo seco se produce principalmente por la disminución de la frecuencia del parpadeo. “Normalmente, parpadeamos cerca de 15 veces por minuto, lo que puede disminuir considerablemente -hasta a 3 o 4 veces por minuto- al realizar actividades de esfuerzo visual, especialmente al estar frente a pantallas. Esto hace que la película lagrimal no se restituya entre parpadeos y se evapore”, explica la especialista. Además, el uso de aire acondicionado y los calefactores resecan el ambiente, exacerbando los síntomas. El ojo seco se puede manifestar como ojo rojo, sensación de cuerpo extraño o arenilla, picazón, visión borrosa transitoria o fluctuante, aumento del parpadeo compensa- torio, que a veces se interpreta como un tic, y lagrimeo u ojos llorosos.
 
  • El agotamiento de la acomodación o de sistema de enfoque del ojo se produce por la pérdida progresiva de la reserva de acomodación a lo largo de los años. La capacidad de cambiar la forma del cristalino -el lente interno natural del ojo- se va perdiendo debido al aumento de su rigidez y, en menor medida, por la dificultad creciente del músculo de la acomodación de mantenerse contraído por periodos prolongados. Para ver de cerca se requiere la activación de este sistema de enfoque, pero debido a la menor reserva en los adultos, y a la mayor exigencia visual por el uso sostenido de pantallas, se produce cansancio visual.
 
  • Los vicios de refracción o problemas de lentes no corregidos también tienen un rol en las molestias visuales. Por lo general, se trata de defectos pequeños que en condiciones normales o de menor estrés visual no provocan molestias, pero se manifiestan al requerir un esfuerzo visual constante. Tanto el agotamiento de la acomodación como los problemas de refracción pueden producir cefalea, dolor o molestia ocular o retro-ocular y visión borrosa que suele empeorar después de muchas horas de trabajo cerca de una pantalla.
 
  • Alteración del ritmo de sueño - vigilia: la luz de los dispositivos electrónicos usa- dos de noche o pocas horas antes de dormir puede alterar los niveles de melatonina, aumentando la latencia del inicio del sueño y empeorando su calidad.
 
  • Miopía (ver mal de lejos): la poca exposición a luz natural se ha asociado a una mayor frecuencia de esta patología en pacientes predispuestos. Por eso, el uso excesivo de pantallas es un factor de riesgo, ya que resta tiempo a las actividades al aire libre.
 
                           

Estudio y tratamiento del ojo seco

 
 
Clínica Las Condes está implementando la Unidad de Lágrima y Superficie Ocular (ULSO), liderada por el doctor Leonidas Traipe, dedicada a la investigación clínica y terapéutica de la lágrima para tratar el síndrome de ojo seco, una de las enfermedades más frecuentes de la superficie ocular.

“Este equipo de trabajo está formado por un grupo de especialistas que se ha convertido en un referente nacional en el área, con un enfoque en el mejoramiento de la calidad de vida de los paciente aquejados por patologías de la superficie ocular”, explica el doctor Gonzalo Matus oftalmólogo de Clínica Las Condes y miembro de ULSO.

 

Cuidar para prevenir

 
 
La doctora Marcela Pérez entrega algunos consejos para cuidar la vista tanto en adultos como niños:
 
  • Pausas en el uso de pantallas: la Academia Americana de Oftalmología recomienda descansar cada 20 minutos durante 20 segundos mirando a 20 pies (6 metros) o cerrando los ojos. Esto se conoce como la regla “20-20-20”.
 
  • Parpadeo voluntario y frecuente.
b Uso de pantallas a una distancia y altura adecuadas: el teléfono celular, tablet y computador deben mantenerse a no menos de 30, 40 y 50 centímetros, respectivamente. En relación con la altura, se recomienda leer hacia abajo en el caso del teléfono y Tablet o a una altura máxima de la línea de los ojos en el caso del computador. Esto aumenta la cobertura del párpado, evitando tener los ojos muy abiertos y disminuyendo la evaporación de la lágrima.
 
  • Si los síntomas persisten a pesar de estas medidas: se recomienda el uso
de lágrimas artificiales, idealmente sin preservantes. Se deben evitar los colirios para el ojo rojo, habitualmente con un compuesto llamado nafazolina, ya que producen un efecto transitorio de mejoría sintomática, pero empeora el ojo seco y las molestias asociadas en el mediano y largo plazo.
 
  • Realizar 12 a 15 horas semanales de actividades al aire libre: para prevenir
la aparición y disminuir la progresión de la miopía en niños y adolescentes. Esto se debe hacer con la cantidad de luz equivalente a estar a la sombra de un árbol y usando fotoprotección con lentes de sol y gorro con visera, incluso en días nublados. Es importante saber que el color o tinte del lente no se relaciona con mayor o menor protección contra la radiación solar.
 
  • Los niños menores de 2 años: no deben exponerse a las pantallas, excepto en
las videollamadas. Entre los 2 y 5 años
no debieran hacerlo más de una hora al día y para los mayores de 6 años se recomienda establecer límites razonables de uso de dispositivos electrónicos. Esto significa que su uso no debe restar tiempo de otras actividades como jugar, practicar deporte o dormir las horas necesarias, que son fundamentales para el desarrollo integral de los niños.

 
  • Los lentes con filtro para luz azul no son necesarios: la cantidad de esta luz emitida por las pantallas es mínima y no representa un peligro para la salud visual.
 
 

Lentes de contacto y Covid-19

 
 
El doctor Felipe Vega, oftalmólogo de Clínica Las Condes, explica que para evitar el contagio por esta vía es particularmente importante no llevarse las manos a los ojos, en especial los pacientes que usan lentes de contacto. “Si bien hasta el momento la evidencia no es concluyente, la sugerencia es reemplazar el uso de lentes de contacto por anteojos mientras dure la pandemia. Además, se ha planteado que los anteojos, al ser una barrera física, podrían tener un rol protector frente
a la transmisión del Covid-19”, dice el especialista.

Si por algún motivo no es posible seguir esta recomendación, es muy importante extremar las medidas de higiene al manipular los lentes de contacto y, en caso de presentar síntomas asociados a Covid-19, se debe suspender su uso en forma inmediata.
 
 

El primer control

 
 
La recomendación de los especialistas es que todos los niños debieran tener un primer control oftalmológico a los 4 años, siempre y cuando no se presente algún problema antes de esa edad. “Esto permite resolver a tiempo y de forma exitosa la mayoría de los problemas, ya que son diagnosticados oportunamente”, explica el doctor Eduardo Villaseca, oftalmólogo de Clínica Las Condes.

Luego, el control posterior dependerá de los hallazgos de ese primer examen. Si no hay ninguna patología, lo adecuado es realizar una revisión cada dos años. Sin embargo, frente a cualquier sospecha de estrabismo o la presencia de síntomas como un brillo raro en la pupila, pupila blanca, lagrimeo con fotofobia, ojos entrecerrados, que el niño se acerque mucho para poder mirar u ojos que se mueven como si bailaran, es fundamental consultar con un especialista de inmediato, independiente de la edad del niño.
 
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