¿Cómo actuar, qué ver y cómo reaccionar?
La primavera no es una época alegre para todos. Cada año en esta fecha, las
tasas de suicidio comienzan a elevarse. Según los especialistas, este fenómeno, llamado
“Primavera Gris” se relaciona a los cambios de clima, que alteran los biorritmos del organismo y pueden causar diversos efectos en el
estado de ánimo de personas que sufren algún tipo de
trastorno mental.
“Al llegar la primavera, la mayoría mejoramos nuestro
estado de ánimo, se reactiva la vida social, se anuncian las Fiestas Patrias, etc. Todos parecen motivados, pero no quienes se sienten mal emocionalmente. Su entorno trata de convencerle, generando presión e impotencia. Aumentan los sentimientos de inadecuación personal y la falta de comprensión del contexto agudiza los sentimientos de soledad con lo que crece la angustia y la desesperanza y, en algunos casos, los
pensamientos de atentar contra la vida propia” explica
Lorena Ceballos, psicóloga CLC.
A este factor también se suma el estilo de vida que llevamos con sobrecarga de trabajo y poco tiempo para otro tipo de actividades y que junto a la pandemia han deteriorado de forma importante la
salud mental de las personas. “Hoy en día llevamos una vida con altas exigencias y poco permiso para el goce y el ocio. Si a esto le sumamos la incertidumbre generada por el
Covid-19, la soledad vivida por muchos y la necesidad de tener que adaptarnos en forma permanente a los cambios por la crisis sanitaria, nos encontramos en un escenario propicio para gatillar
trastornos psicológicos de distinto tipo en la población en general,” comenta el
doctor Cristián Aguirre, psiquiatra CLC.
Cómo identificar las señales
A raíz de lo anterior, debemos estar atentos a las diferentes señales que personas de nuestro círculo -familiares, amigos o conocidos- que nos indiquen que podrían estar pasando por algún
trastorno psicológico o
pensamiento suicida.
- Tristeza persistente con o sin causa aparente.
- Desánimo, falta de energía.
- Desmotivación o apatía, falta de interés.
- Hipersensibilidad o sentimientos de vacío interno.
- Irritabilidad, humor inestable.
- Labilidad o fragilidad emocional.
- Llanto fácil.
- Trastornos o alteración del esquema de sueño: insomnio, hipersomnia, pesadillas.
- Trastornos del apetito: disminución o incremento notorios, atracones de comida.
- Dificultades de concentración y memoria.
- Angustia, ansiedad.
- Disminución de la capacidad de disfrutar.
- Somatizaciones, dolores sin causa aparente, cansancio.
- Conductas y pensamientos autodestructivos.
- Ideación de muerte y comentarios alusivos en RRSS o en personas.
- Pensamientos suicidas o comentarios relacionados al suicidio o la muerte.
¿Cómo puedo ayudar a una persona que está con alguno de esos síntomas?
Si estás frente a alguna de estas señales, los especialistas recomiendan una serie de acciones que pueden ayudar a la persona afectada:
- Escuchar sin juzgar y ofrecer apoyo.
- Animar a buscar ayuda profesional.
- Quedarse con la persona si se cree que está en peligro inmediato.
- Evitar comentarios como “ya se te va a pasar”, “vas a estar bien pronto” o comentarios que generen culpa como “¿por qué lo hiciste?”.
- Motivar el seguimiento del tratamiento farmacológico y psicoterapéutico sugerido por los profesionales de salud mental.
- Búsqueda de actividades y/o personas que pueden ayudar a transitar este momento.
- Demostrar disponibilidad para escuchar y acompañar en la fase aguda.
- Ayudar a mejorar el funcionamiento diario, apoyar el autocuidado -sueño, aseo, alimentación-.
- Retomar actividades que generen placer, asumir gradualmente sus responsabilidades.