El cansancio de fin de año y la presión por subir notas y cumplir con las expectativas pueden causar estrés y angustia en niños y jóvenes. Tomar algunas medidas puede ayudar a terminar el año de mejor manera.
“El año se pasó volando”, “No me di ni cuenta y estamos en noviembre”, son algunas de las frases más típicas que se escuchan estos últimos meses del año, sumado a una larga lista de pendientes y de actividades para hacer en el poco tiempo que queda.
Y es que el fin de año es intenso. Se juntan festejos, premiaciones, compras de regalos, cierres de ciclos y los niños y jóvenes muchas veces se juegan en esta etapa sus últimas cartas para subir notas, pasar los ramos o tratar de alcanzar se puntaje en la PSU que les permita entrar a la carrera que quieren estudiar.
El problema es que
todo esto sin duda puede resultar agotador e incluso causar importantes cuadros de estrés que, si no son manejados de buena manera, puede afectar gravemente a quienes lo padecen.
“El estrés es una respuesta natural del organismo que nos permite activarnos frente a un posible peligro y prepararnos de mejor manera para lo que tenemos que hacer. Sin embargo, dependiendo de su intensidad y duración, el estrés puede producir efectos negativos”, dice
Elías Arab, psiquiatra infanto juvenil de Clínica Las Condes.
El especialista explica que en algunas personas el estrés actúa como un “efecto lupa”, es decir, amplifica las cosas mucho más allá de lo que realmente son, haciendo que veamos como amenaza algo que no es. Por eso,
la recomendación es tratar de identificar lo que está pasando y pedir ayuda si es necesario.
“Es muy importante preguntar y conversar. Cuando uno pone en palabras lo que siente, eso ya alivia y calma. Esa sensación se convierte en un amigo identificable al cual puedo combatir”, dice el doctor.
Síntomas
- Preocupación mayor de la necesaria por cosas cotidianas.
- Falta de sueño.
- Falta de apetito.
- Irritabilidad.
- Falta de atención y concentración.
Consejos para manejar el estrés
- Planificar las actividades, priorizando entre unas y otras.
- Dormir adecuadamente, al menos ocho horas diarias.
- Es importante descansar para que el cuerpo se pueda recuperar.
- Mantener una alimentación saludable.
- Realizar actividades de ocio y deporte.
- Evitar el alcohol, el trasnoche y las drogas. “Si bien pueden calmar transitoriamente, no van a resolver el problema de fondo. Es una mala estrategia para manejar la angustia”, dice el psiquiatra Elías Arab.
- Pedir ayuda y buscar a alguien con quien conversar sobre lo que se está sintiendo.
- Determinar si hay algún otro factor asociado al estrés como la enfermedad de algún familiar o persona cercana, separación de los padres, etc.
La presión por las notas
En el caso de los estudiantes y las pruebas de fin de año, hay otra variable que también afecta el estrés y que tiene que ver con el buen uso del tiempo.
“Para eso es fundamental hacer una planificación adecuada según los objetivos propuestos. Y si ya no hay tiempo para eso, el no alcanzar las metas también puede ser una oportunidad para analizar cuáles fueron las razones por las que no me organicé de buena manera y empezar a pensar en una nueva planificación si es necesario. Porque si nos quedamos solo con lo que estamos sintiendo, pero tampoco hacemos nada el respecto, no vamos a avanzar, a diferencia de si nos hacemos cargo y enfrentamos el problema de fondo”, comenta el especialista.
Por eso
la recomendación es centrarse en las cosas que sí se pueden controlar como las horas de estudio, de sueño o el tiempo que se le dedica a hacer deporte u otras actividades que pueden servir de distracción. También abrirse a otras opciones o tener un plan alternativo por si el resultado es diferente al que se esperaba.
“Cuando tengo en mente solo una vía y esta no resulta es desesperante ser realista y no tener expectativas demasiado altas que no sean acordes a la realidad. Es importante ser conscientes de los talentos que cada uno tiene e ir desarrollándolos, pero primero hay que descubrirlos para saber cuál es nuestra verdadera vocación y eso puede tomar tiempo”, agrega el psiquiatra.