La fibrosis pulmonar en su fase terminal hace necesario tener que reemplazar ambos pulmones, una cirugía de alto riesgo, pero de buen pronóstico.
La
fibrosis pulmonar es una condición que provoca que el tejido profundo de los pulmones se vaya cicatrizando, lo que hace que se vuelva grueso y duro, dificultando el aliento e impidiendo que la sangre reciba suficiente oxígeno.
En fase terminal, la fibrosis pulmonar requiere de un doble
trasplante pulmonar, cirugía de alto riesgo, explica el doctor
Pedro Undurraga, jefe del Programa de Trasplante Pulmonar de Clínica Las Condes. “Se hace cirugía secuencial. El paciente nunca está sin sus dos pulmones, y está conectado a un pulmón artificial durante el procedimiento”, indica.
La cirugía consiste en sacar uno de los pulmones, el que es reemplazado por el donado, cuando comienza a respirar por él, se extrae el otro pulmón para seguir el mismo procedimiento. El uso de un sistema de circulación extracorporal, permite que una máquina realice el trabajo del corazón y los pulmones mientras estos se encuentran detenidos por la cirugía.
El doctor Undurraga explica que el primer mes es crítico, pero cuando el trasplante funciona perfecto, que es la gran mayoría, los pacientes vuelven a su vida normal. En el corto, mediano y largo plazo, la principal complicación podría ser el rechazo del nuevo órgano.
En la mayoría de los casos, el nuevo pulmón o los nuevos pulmones los dona una persona menor de 65 años con muerte cerebral. También puede ser un donante vivo que entregue un segmento de sus pulmones, por lo que se requieren dos o más personas, en este caso. Cada persona dona un segmento (lóbulo) de su pulmón, lo que forma un pulmón entero.
En Chile, la fibrosis pulmonar no es una enfermedad masiva, pero sí tiene frecuencia significativa, dice el doctor.