El virus puede provocar desde cuadros parecidos a la gripe hasta una bronconeumonía grave.
Muchas de las infecciones respiratorias que en invierno afectan a los niños tienen una causa común: el
virus sincicial, cuyo
peak se produce entre julio y agosto.
Especialmente en los más pequeños, el virus respiratorio sincicial (VRS) puede producir desde cuadros parecidos a una gripe, bronquiolitis aguda de diferente severidad, con importante obstrucción de la vía aérea periférica,
hasta una bronconeumonía muy grave y letal en algunos casos, explica el
doctor Selim Abara,
pediatra-broncopulmonar de Clínica Las Condes.
El VRS se presenta en brotes epidémicos todos los años, siendo los más afectados los lactantes más pequeños y pacientes con factores de riesgo, como prematuros, con displasia broncopulmonar o cardiopatías congénitas.
“
No existe un tratamiento específico, salvo ir mitigando los efectos que produce la infección”, dice el doctor Abara. Es decir, si hay insuficiente oxigenación del paciente, debe administrarse oxígeno, lo que, por lo general, ocurre en el paciente que se hospitaliza.
“Además, debe practicarse
aseo nasal con soluciones salinas,
manejar la obstrucción bronquial con broncodilatadores, aunque la respuesta a estos es pobre, de modo que debe evaluarse caso a caso la conveniencia de mantener ese tratamiento”, agrega el especialista.
En el caso de los niños que manejan mal sus secreciones,
se puede considerar la indicación de kinesiterapia respiratoria.
Si bien, quienes se han infectado con él crean inmunidad, ésta no es duradera y, como existen dos tipos de virus (A y B),
la infección puede repetirse, indica el doctor Abara, por lo que se deben extremar las precauciones para proteger a los niños pequeños.