Karla Dossow es la mamá de Rosario, de 3 años, quien a fines de mayo tuvo que ser internada en Clínica Las Condes por una enfermedad respiratoria causada por el metapneumovirus, similar al virus sincicial.
La paciente comenzó en abril con problemas de salud, instancia en que se le diagnosticó bronquitis. Tras el tratamiento de cinco días, nuevamente tuvo que ser llevada a la clínica, donde le informaron que Rosario estaba con neumonía.
Karla cuenta que su hija tiene síndrome de Down, por lo cual “todas las patologías respiratorias le afectan mucho más, porque ella genera más mucosidades, es más hipotónica”.
Diagnóstico de metapneumovirus
“En abril ella empezó con un sonido en el pecho, la llevé a la clínica y tenía una bronquitis. Empezamos con tratamiento, pero pasaron como 5 días y yo veía que no mejoraba. La volví a llevar al médico y había pasado a neumonía”, recuerda Karla.
Luego de ese episodio, la niña siguió con tratamiento. Después de 2 semanas la pequeña debía realizarse una radiografía de control, sin embargo, el día anterior Karla notó que su hija estaba agitada, no respiraba bien y estaba muy inquieta, por lo cual, decidió consultar al médico.
Una vez en la clínica y después de evaluar con una radiografía el estado de salud de la niña, procedieron a realizarle una serie de exámenes, tras lo cual fue diagnosticada con metapneumovirus.
Rosario estuvo en UCI de adultos adaptada para uso pediátrico
“Gracias a Dios tuvimos una habitación, una cama, porque el sistema estaba colapsado. Ella estuvo en la parte de UCI de adultos que adaptaron para pediátrico. Fue genial el apoyo que tuvimos, el trabajo que hacen todos, enfermeras, kinesiólogos, gente de aseo. Fue súper cansador para nosotros como familia y para ellos también, porque somos todos humanos y yo veía cómo trabajaban sin parar”, agrega.
Rosario pasó 8 días internada con oxígeno, monitoreada durante el día y con sesiones de kinesiología, tras lo cual, fue dada de alta para que continuara el tratamiento en su casa.
“Cuando estuve con mi hija hospitalizada no hubo ningún problema, nos dieron harta contención, nos explicaban todo, todos súper preocupados”, recuerda Karla.
“Cada vez que voy tengo la seguridad de que todo va a estar bien”
Por otra parte, Karla señala que “para nuestra familia, CLC es más que una clínica, es parte importante de nuestra historia de vida. En ella hemos pasado momentos maravillosos como el nacimiento de nuestra primera hija, nos han acompañado en su crecimiento y también nos han acompañado en varios momentos complicados, como la hospitalización de Rosario”.
“Lo que siento yo cuando llego a la clínica es que vamos a estar a salvo, son como superhéroes. Cada vez que voy tengo la seguridad de que todo va a estar bien. A todos les mando un gran abrazo y muchas gracias”, concluye.