Tanto para prostatectomía radical como para tratar hiperplasia ha dado buenos resultados.
A todos los
hombres, con el paso de los años, les crece la
próstata -glándula que forma parte del sistema reproductivo masculino, que ayuda a producir el semen y que rodea al conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo-, pero sólo en algunos se puede convertir en una gran molestia.
La
hiperplasia benigna prostática o
crecimiento de la próstata, se trata mediante una cirugía que se realiza vía endoscópica -con un instrumento con cámara manejado desde fuera del cuerpo-, sin embargo, en aquellos casos en que la próstata es muy grande, utilizar ese método puede ser eventualmente peligroso, por lo que hoy se puede utilizar la
cirugía robótica.
“Hay tratamiento para ellos, primero médico y luego cirugía. En la mayoría de los casos la cirugía se puede hacer por vía endoscópica a través de la uretra, pero suele ser peligroso si la próstata es muy grande, más de 120 gramos, en esos casos, el tratamiento endoscópico puede ser tóxico y, por lo tanto, se han desarrollado distintas alternativas”, indica el doctor
Sergio Guzmán, Urólogo y jefe del Centro de Robótica de Clínica Las Condes.
“La
prostatectomía por patología benigna de gran tamaño se ha hecho siempre abierta y ahí en esos casos hoy el robot aporta lo suyo, en el sentido que se puede hacer la misma cirugía de resección del adenoma prostático muy grande a través de la robótica, dejando al paciente con incisiones muy pequeñas y con mejor recuperación”, explica.
La cirugía robótica es un tipo de
cirugía laparoscópica facilitada por el uso de una máquina que miniaturiza los movimientos naturales del cirujano y le permite una mayor visión y precisión.
Otra de las cirugías que hoy se realizan mediante robótica es
la prostatectomía radical para tratar el
cáncer de próstata, en la que se extrae el órgano completo, incluyendo vesículas seminales, ganglios linfáticos y en la que hay que reconstruir la unión de la uretra con la vejiga.