Artrosis de la Cadera
22 de mayo, 2018
·Adultos
La artrosis es la enfermedad degenerativa más frecuente y sus tratamientos van desde la kinesioterapia, hasta el cambio protésico.
La
artrosis de cadera corresponde al desgaste y pérdida del tejido que recubre los extremos de los huesos en las articulaciones, provocando que los huesos queden en contacto entre sí, resultando el dolor y rigidez de la articulación.
La artrosis puede afectar cualquier articulación del cuerpo, pero con mayor frecuencia se presenta en
manos, rodillas,
cadera y
columna.
“Hoy en día la artrosis de cadera es irreversible, pero sus síntomas pueden ser manejados mediante analgésicos y suplementos que refuerzan el cartílago remanente. Mantenerse activo, con buena musculatura y cuidar el peso son algunas de las medidas que pueden retardar la progresión de esta enfermedad”, explica el
doctor Joaquín Lara, traumatólogo y jefe del
Centro de Cadera de Clínica Las Condes.
Síntomas de la artrosis de cadera
Los síntomas de la artrosis de cadera aparecen de forma paulatina y empeoran a lo largo de los años. Estos incluyen:
- Dolor: El dolor puede estar presente al inicio de la actividad, al cabo de un rato de actividad (caminar), o en reposo al final del día.
- Sensibilidad: La articulación puede estar sensible al apretarla.
- Rigidez: La articulación de la cadera se siente tiesa al iniciar la actividad en la mañana, o al levantarse de la silla. Puede requerir “calentar motores” para poder caminar sin dolor.
- Pérdida de movimiento: La articulación de la cadera puede ir perdiendo su capacidad de moverse. La rotación hacia adentro suele ser lo primero que se pierde, siendo la flexión lo último.
- Crujidos: La articulación puede empezar a presentar crujidos o la sensación de arena dentro de la cadera.
- Puntas de hueso: Se pueden formar puntas de hueso alrededor de la articulación hasta hacerse palpables con la mano.
Factores de riesgo de la artrosis
- Edad: El riesgo de artrosis aumenta con la edad.
- Sexo: Las mujeres tienen mayor riesgo de artrosis.
- Obesidad: Mientras más es el peso que debe cargar la articulación, mayor es el desgaste en las actividades diarias. La grasa del cuerpo también contribuye a eventos inflamatorios en la articulación que pueden dañar el cartílago.
- Lesiones en las articulaciones: Los accidentes o lesiones deportivas pueden dejar un daño que inicialmente no se percibe, pero que puede acelerar el desgaste del cartílago. Lesiones que parecen haberse recuperado por completo pueden evolucionar a artrosis luego de un par de años.
- Profesiones: Algunas profesiones contribuyen al desarrollo de artrosis por carga de peso o impacto a repetición en las articulaciones.
- Genética: Hay una tendencia familiar a desarrollar artrosis.
- Deformidades óseas: La alteración de la cabeza del fémur o la copa (acetábulo) pueden llevar a pérdida de la congruencia en la articulación raspando el cartílago haciendo que se desgaste con mayor velocidad.
Cabe mencionar que, frente a un paciente con
artrosis de cadera, se debe estudiar el caso para determinar cuál es la causa de esta afección y así, definir el grado de avance de esta enfermedad.
De esta forma, si el grado de avance es mayor y se ha agregado rigidez dolorosa y el daño del cartílago es considerable, la única solución es un
reemplazo articular debiendo efectuarse una
prótesis total de cadera.