Es una de las más frecuentes y se debe principalmente a una predisposición genética que aparece con la edad.
Las articulaciones son el lugar donde se contactan y mueven los huesos. La artrosis es el desgaste del cartílago articular que es el recubrimiento liso de la articulación y, con el tiempo, reacciona creando prominencias llamadas
osteofitos.
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La artrosis de manos es una de las más frecuentes y se debe principalmente a un factor genético. Aparece con la edad y se presentan más temprano en algunas familias. En general, comienza a presentarse alrededor de los 40 años y las mujeres tienden a tener artrosis de manos antes que los hombres”, indica el
doctor Alfonso Pérez Ihl, traumatólogo de Clínica Las Condes.
Los principales síntomas de los pacientes con artrosis de manos son:
dolor y
rigidez en la base del pulgar o en las articulaciones de los dedos, así como
debilidad para aquellas actividades que requieren una pinza o empuñar. “Esto pasa, por ejemplo, al abrir frascos, usar una llave, escribir, girar la manilla de una puerta, etc. Con el tiempo algunas articulaciones pueden engrosarse o, en algunos casos, presentar alguna deformidad”, agrega el especialista.
Diagnóstico y tratamiento
El
diagnóstico se realiza principalmente por la
historia del paciente y a través del
examen físico, ya que pueden detectarse cambios en la forma de las articulaciones o sensaciones de roce al examinar. “Las radiografías pueden ser de ayuda para confirmar el diagnóstico o descartar otras enfermedades que también pueden producir dolor articular y rigidez, como las artritis inflamatorias”, señala el doctor Pérez.
Por otro lado, el
tratamiento dependerá de la
intensidad de los síntomas y las necesidades particulares de cada persona. Generalmente, no es necesario ningún tratamiento, pero cuando las molestias afectan la calidad de vida de los pacientes se puede recurrir a:
- Analgésicos o antinflamatorios
- Aplicación de frío o calor local
- Férulas u órtesis para inmovilizar
- Terapia kinesiológica
La cirugía sólo se realiza en aquellos casos que no responden a un tratamiento médico inicial y depende de la ubicación y gravedad de la artrosis. Existen alternativas como la resección de la articulación enferma, fusión de articulaciones o, en algunos casos, utilización de prótesis.
La
progresión de esta patología varía según cada persona. Si bien la artrosis en radiografías puede avanzar en el tiempo, los síntomas no siempre empeoran y, en muchos casos, disminuyen considerablemente. “Lamentablemente, hoy en día no existen tratamientos científicamente probados que detengan la progresión o que prevengan la aparición de esta enfermedad”, explica el doctor Alfonso Pérez.