El 80% de los mayores de 60 años tienen algún grado de deterioro del cartílago.
La
artrosis puede afectar a todas las articulaciones, aunque es más común en manos, columna, cadera, rodillas y tobillos, mientras que la gran mayoría de los adultos mayores tendrá la enfermedad en algún grado.
En el caso de
artrosis de rodilla, esta articulación forma parte del sistema mecánico de carga del peso corporal y, por ello, está más expuesta al desgaste de cartílago, la capa de tejido que recubre la superficie de las articulaciones.
Dolor, crujidos e inflamación están entre sus síntomas, aunque muchas otras pueden causarlos también, por lo que es necesario consultar a un especialista.
El doctor,
Mauricio Wainer, traumatólogo especialista en rodilla de Clínica Las Condes explica que hay cuatro aristas importantes de la artrosis:
Causa genética o hereditaria:
Esto significa que el cartílago viene con la posibilidad de alteración y desgaste sin necesidad de otro factor.
Factores propios de cada paciente:
Esto incluye, por ejemplo, la forma de la
rodilla. “Algunos las tienen derechas, chuecas hacia afuera o hacia adentro, o mal alineadas, produciendo desgaste del cartílago por sobrecargas lumbares”, dice.
Traumatismos:
Pueden llevar al daño articular que produce artrosis.
Enfermedades articulares:
Pueden producir artrosis secundaria
En los casos hereditarios, en general, la
artrosis parte por otra articulación, como las manos. Cuando llegan a otras, como la columna, producen impacto en la vida diaria.
“Muchas patologías pueden producir síntomas similares, la hinchazón es por el aumento de la cantidad de líquido que normalmente hay en la articulación y el dolor, que son elementos que acompañan eventos traumáticos o por sobrecarga. Cada paciente es un mundo distinto y puede haber causas mecánicas, genéticas o traumáticas”, dice el especialista.
El doctor
Roberto Negrín, traumatólogo y jefe del equipo de rodilla de Clínica Las Condes, indica que una de las prescripciones ante un diagnóstico de artrosis de rodilla es
fortalecer la musculatura. “El músculo es como un amortiguador. Si uno no funciona, toda la carga va al cartílago y los huesos. En cambio, si tiene músculo, alivia esa carga y ayuda a mejorar el dolor”, dice.