Tratamiento va desde el uso de analgésicos, antiinflamatorios y kinesiología, hasta la baja de peso y control del ánimo.
El
lumbago o lumbalgia se define como cualquier
dolor de la parte baja de la espalda hasta la región que va desde la última costilla hasta la región sacra y glútea, independiente de cuál sea su causa. Y aunque alrededor del 70% a 80% de los lumbagos
tienen causa músculo esquelética, también puede deberse a quistes renales, cálculos, en incluso problemas ginecológicos como endometriosis o complicaciones ováricas.
El lumbago crónico, en tanto, se define como aquel dolor lumbar que persiste más de tres meses.
Existen ciertos factores que pueden predisponer esta condición, como el
sobrepeso, la mala musculatura de tronco, mala musculatura abdominal o mala musculatura lumbar.
“En general, nuestra recomendación es realizar un manejo conservador, para aliviar el dolor con antiinflamatorios, analgésicos, muchas veces relajantes musculares, y si el dolor no mejora con eso, se envía a trabajo con el kinesiólogo para que le enseñen ejercicios para fortalecer su musculatura y para hacer terapia para descontracturar sus músculos, flexibilizar su columna y la probabilidad de que ande bien con ese tratamiento es bastante alta”, indica el doctor
Marcelo Molina, traumatólogo especialista del Centro de Columna de Clínica Las Condes.
Más a largo plazo, el dolor se puede controlar a través de la baja de peso, fortalecer musculatura, e incluso a través del manejo del ánimo, que es un factor bastante importante.
De hecho, el lumbago se asocia con bastante frecuencia con la depresión, estrés y ansiedad, por lo tanto, son factores que hay que tener en cuenta si hay pacientes que presenten dolor lumbar persistente por más de tres a seis meses.