Aunque destacan que cada proceso es único e individual, desde el Departamento de Psiquiatría de Clínica Las Condes explican que hay algunas herramientas útiles para enfrentarlo.
Para muchos, este será un fin de semana largo más. Pero, para muchos otros, se trata de un momento para recordar a quienes ya partieron. El Día de Todos Los Santos es la festividad religiosa que, en nuestro país, nos invita a honrar a nuestros seres queridos que fallecieron y dejaron una huella en nuestras vidas.
De acuerdo al tiempo transcurrido desde la muerte, la psicología nos enseña que las personas suelen pasar por distintas etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Sin embargo, desde el Departamento de Psiquiatría de Clínica Las Condes puntualizan que cada proceso es individual, no hay una única forma de vivirlo o una manera “adecuada” de hacerlo.
En este sentido, plantean que afrontar un duelo es un proceso muy difícil, complejo, en que la persona tiene que aprender a vivir sin aquel que partió y eso es parte de un proceso, no se produce de la noche a la mañana.
Según explican, un duelo normal puede durar entre seis meses y dos años, dependiendo de factores como la relación con la persona fallecida y las circunstancias de la muerte”, aunque precisa que “la duración del duelo es individual y depende de factores internos, como la personalidad, el apoyo social y las experiencias previas con pérdidas.
Así, para el equipo de especialistas de Clínica Las Condes no es útil medir el duelo en términos estrictos de tiempo, ya que cada persona tiene su propio ritmo. El duelo es un proceso no lineal, se atraviesan altibajos y es normal que, incluso después de varios años, haya momentos de tristeza intensa, afirman.
Para transitar por este proceso, desde Clínica Las Condes proponen tener en cuenta algunos consejos:
- No te juzgues. Es importante considerar el contexto con bondad hacia uno mismo, que es natural sentir dolor y que la autocompasión es parte del proceso de sanación.
- Exprésate. Cada persona debe permitirse sentir las emociones desafiantes que surgen como respuesta natural a la situación vivida.
- Mantén contacto. No es bueno aislarse, al contrario, lo mejor es recibir apoyo y cariño del entorno más cercano y de aquellas personas que son importantes en nuestro día a día.
- Retoma de a poco la vida. La muerte de un ser querido genera un impacto evidente en nuestra rutina, por lo que es natural que la cotidianeidad se trastoque por algunos días. No se debe acelerar el proceso o forzar una “recuperación rápida”, sino que ir retomando paulatinamente las actividades usuales, partiendo por aquellas que nos ayudan a sentirnos bien.
- Permitirse las emociones. Volver a reír y disfrutar de diversos momentos no implica falta de amor hacia quien ya no está.
- Cuidar el cuerpo. El duelo afecta tanto física como emocionalmente, por lo que es fundamental prestar atención al descanso, la alimentación y la actividad física.
En definitiva, los especialistas de CLC destacan que el proceso del duelo se debe vivir con calma y apoyo, compartiendo el duelo con otros para procesar el dolor, buscando retomar de a poco la vida y sin acelerar el proceso.