Aparece en pacientes que han tenido traumatismos importantes alrededor del tobillo.
La articulación del
tobillo es responsable del movimiento ascendente y descendente del pie. De hecho, el 75% de todo el movimiento ascendente y descendente del pie se produce en esta articulación. Al igual que otras articulaciones, como la rodilla y la cadera, también puede sufrir de
artrosis, la
enfermedad crónica degenerativa que provoca el deterioro de los cartílagos.
Si bien es menos frecuente que otras artrosis, aparece fundamentalmente en pacientes que han tenido traumatismos importantes alrededor del tobillo, como secuela de estos. “Las causas más frecuentes son fracturas de tobillo o un cuadro de inestabilidad crónica de tobillo (
esguince crónico), en el cual se tuercen con mucha facilidad, por mucho tiempo y empiezan a dañar su articulación, hasta que 20-30 años después les produce la artrosis”, explican los especialistas
Se puede prevenir en el caso de que el paciente tenga inestabilidad crónica. Hay
tratamientos kinesiológicos y quirúrgicos para reparar los ligamentos y hacer que deje de torcerse los tobillos. De esta forma, la persona no sigue sufriendo estas lesiones y se previene el daño secuelar. Pero en el caso de una
fractura grave del tobillo es poco lo que se puede hacer.
“Lamentablemente cuando la fractura es muy grave y afectó al tobillo inicialmente, hay un porcentaje de pacientes que van a tener artrosis de tobillo a mediano o largo plazo”, sostienen los especialistas.
Al igual que en cualquier artrosis, hay tratamientos conservadores, en los que utilizan medicamentos, se producen cambios en la vida diaria y se realiza kinesioterapia, con lo que se busca disminuir los síntomas que produce la artrosis. “Pero cuando todo eso fracasa, la única opción son los tratamientos quirúrgicos y hoy, la principal opción es poner una
prótesis de tobillo”, indican los especialistas.