¿Por qué se produce y cómo se trata? Conoce la opinión de los especialistas.
El
dolor orofacial es un dolor ubicado en la cara y que incluye el dolor en la
cavidad oral (labios, encías, paladar, etc.) con un origen dental o que puede ser provocado por estructuras como las, las articulaciones que conectan la mandíbula inferior al cráneo, músculos glándulas, vasos y nervios entre otras.
El doctor
Juan Fernando Oyarzo, especialista en el área de Clínica Las Condes, explica que este tipo de dolor puede ser causado por enfermedades o trastornos de estructuras de esa región, disfunción del sistema nervioso o por propagación desde otros sitios, como el
cuello, por ejemplo.
“El dolor orofacial se deriva de muchos tejidos únicos y diferentes tales como dientes,
piel o mucosa, meninges y córnea. Esto resulta en varios y diferentes mecanismos que pueden generar un dolor, muchas veces imitando o remedado como otro”, señala. Eso, debido a la compleja anatomía y fisiología de la región orofacial.
El diagnóstico puede ser difícil y requiere de un
conocimiento especializado, señala el médico. “Es común escuchar a pacientes que sufren de dolor crónico orofacial que han consultado a múltiples clínicos y de diferentes áreas para su condición, pero siguen sin resolver su problema con todo el costo personal y económico que ello implica”, indica.
El dolor crónico orofacial, dado el sitio donde se presenta, es uno de los que más
afecta la calidad de vida de las personas, por lo que es clave un diagnóstico certero para comenzar un tratamiento. Entre estos están trastornos comunes como dolor dental, además de otros como el trastorno de las articulaciones y de los músculos temporomandibulares (ATM), dolores neurales (neuralgias), dolores de cabeza o dolores asociados al postoperatorio de un tumor o trauma.
“El dolor crónico es aquel dolor que perdura por más allá de 3 ó 6 meses. Luego, si la persona vive con un dolor que persiste, debiese consultar”, enfatiza el doctor Juan Fernando Oyarzo.
Las recientes investigaciones en dolor orofacial han avanzado hacia la expansión del campo, con diagnósticos y tratamientos específicos, abarcando en la actualidad desde:
- Trastornos de la articulación temporomandibular (como trabas, ruidos o mal funcionamiento de la mandíbula).
- Dolores musculares en músculos masticatorios y en músculos cervicales (dolor en cuello que comparta con o propague en la cara).
- Dolores neurovasculares (como cefaleas).
- Dolores de origen en los nervios (neuralgias), teniendo en consideración factores que puedan intervenir en ellos, como los trastornos del sueño relacionados (bruxismo, apneas de sueño), los factores psicológicos, distonías orofaciales (movimientos de la mandíbula como bruxismo durante el día o movimientos incontrolables).
- Otros son dolores de cabeza, trastornos intraorales, intracraneales, extracraneales y sistémicos.
Estos factores pueden o no estar presentes, lo importante es considerarlos, medirlos y definir el rol que puedan jugar en el dolor.