La epilepsia no es un factor de riesgo o de complicaciones graves en caso de contagio por coronavirus; sin embargo, es importante aclarar ciertas dudas y tener claras algunas recomendaciones para pacientes con esta condición contexto de pandemia y cuarentena.
La doctora
Carolina Álvarez, neuróloga infantil > del
Centro Avanzado de Epilepsia de Clínica Las Condes, refuerza que
no existe ninguna evidencia que demuestre que los pacientes con esta patología estén más expuestos que la población general al COVID-19 y a potenciales secuelas graves, excepto por aquellos que se encuentran con tratamientos específicos para epilepsias graves como
tratamientos corticoidales crónicos o inmunomoduladores.
La especialista asegura que
tampoco hay indicios que comprueben que el uso de medicamentos anticonvulsivos aumente el riesgo de contagio o de complicaciones por coronavirus. Asimismo, la doctora aprovecha de aclarar más puntos relacionados a este tema:
¿Qué debe hacer una persona con epilepsia si sospecha que está contagiada con COVID-19?
Lo mismo que tiene que hacer una persona sin
epilepsia que sospecha que tiene coronavirus. Es decir, consultar con su médico tratante y seguir sus indicaciones.
¿Las crisis epilépticas pueden ser un síntoma del COVID-19?
No, eso no es así. En pacientes graves con COVID-19, es decir, pacientes que se encuentren hospitalizados en unidades de cuidados intensivos, sí existen más riesgos de tener complicaciones graves en el sistema nervioso central. Pero esto es multifactorial, no necesariamente asociado a epilepsia.
¿Pueden aumentar las crisis y convulsiones en el caso de que un paciente epiléptico se contagie de coronavirus?
El COVID-19, como cualquier otra infección, puede aumentar el riesgo y las posibilidades de crisis, fundamentalmente asociado a cuadros febriles.
En este período de cuarentena, en que tanto niños como adultos están más expuestos a pantalla, ¿qué cuidados deben los pacientes con epilepsia en este contexto?
Deben mantener los cuidados habituales, fundamentalmente evitar la
privación de sueño. En este período de cuarentena una de las cosas más importantes para todas las personas es intentar mantener los
buenos hábitos en general.
¿El estrés causado por la cuarentena puede aumentar el riesgo de crisis o convulsiones en personas con epilepsia? ¿Qué consejos les podemos dar para sobrellevar de mejor manera este período?
El estrés en general sí puede incidir en el aumento de crisis en algunos pacientes. El estar en cuarentena, evidentemente es un estresor para toda la población y por eso es importante:
- Mantener rutinas.
- Actividad física.
- Evitar el estrés no informándose excesivamente ni de forma permanente.
- Todos los pacientes crónicos, y evidentemente los pacientes con epilepsia, deben mantener sus controles regulares y sus tratamientos farmacológicos.
- Uso del servicio de telemedicina como mecanismo de control.
¿Qué sucede si en este tiempo el paciente sufre un cambio en sus crisis epilépticas?
Lo fundamental en ese caso es
contactarse con su médico tratante. Cada paciente es distinto, tiene una terapia diferente y pueden tener además diversas comorbilidades que pueden hacer variar las acciones que se requieran.
¿En qué casos se debe ir a urgencias por una crisis epiléptica?
Normalmente, todo paciente epiléptico debiese saber qué hacer en caso de crisis y debiese tener medicamentos en su casa para tratamiento de emergencia. En caso de no tener tratamiento de emergencia en casa y si el paciente presenta una crisis convulsiva tónico-clónica generalizada que dura más de 3 a 5 minutos; si un paciente tiene crisis repetidas, más de 3 crisis en una hora, son razones por las cuales debiese concurrir a un servicio de urgencias.
¿Puede el COVID-19 aumentar el riesgo de muerte súbita inesperada en la epilepsia (SUDEP)?
El SUDEP es un cuadro que es más frecuente en personas con epilepsia. En relación al COVID-19, este riesgo aumenta solamente en aquellos pacientes que están hospitalizados con un cuadro grave en los cuales se tienen que utilizar medicamentos que pueden prolongar o favorecer la aparición de
arritmias, como la
cloroquina u otras. Esto siempre en el contexto de un paciente hospitalizado grave en el cual evidentemente va a estar controlado por una serie de especialistas que van a estar monitoreando ese tipo de factores.