Reconstrucción mamaria inmediata

En julio de este año, a María Teresa Cáceres (47, casada, dos hijos) le comunicaron que tenía cáncer mamario in situ y que debían extirparle la mama derecha. 


La reconstrucción mamaria inmediata permite tener mejores resultados cosmetológicos.

En más de la mitad de las mastectomías que se realizan anualmente en Clínica Las Condes, la mama se reconstruye en forma inmediata, en el mismo acto quirúrgico. El procedimiento no conlleva riesgos agregados, mejorando con creces la autoestima de las pacientes y disposición a la enfermedad.

En julio de este año, a María Teresa Cáceres (47, casada, dos hijos) le comunicaron que tenía cáncer mamario in situ y que debían extirparle la mama derecha. Sin embargo, su impacto ante la noticia disminuyó notablemente al saber que se la reconstruirían durante la misma cirugía, con tejidos de su abdomen.

Aunque su mamografía no presentaba tumores, los médicos observaron lesiones casi imperceptibles en las imágenes. La derivaron al cirujano oncólogo Juan Carlos Acevedo, jefe del Centro Integral de la Mama de Clínica Las Condes, quien le pidió una biopsia estereotáxica, por punción. Aún cuando los resultados de dicho examen fueron negativos, presentaban alteraciones.
Para descartar cualquier sospecha, se solicitó una biopsia quirúrgica que sí mostró células tumorales. Era un carcinoma muy incipiente que, sin embargo, comprometía una parte importante del tejido mamario. Por ello, la recomendación fue extraer la mama completa, con el propósito de prevenir las complicaciones que sobrevendrían inevitablemente.

“Fue sólo por la persistencia de los médicos que me descubrieron el cáncer. Y como me lo diagnosticaron tan precozmente, me costó entender que tuvieran que sacarme la mama entera. Pero el doctor Acevedo me explicó que no tenía sentido esperar a que las microcalcificaciones crecieran para después lamentarse”, cuenta María Teresa.
 

Cómo es la cirugía

La intervención –que dura cerca de sies horas– fue realizada a comienzos de agosto por dos equipos médicos: el oncológico propiamente tal, liderado por el doctor Acevedo, y el de oncoplástica mamaria, comandado por el doctor Hernando Paredes, cirujano oncólogo de mama, especialista en reconstrucción de mama de CLC, y presidente de la Federación Latinoamericana de Mastología.

“Hay cánceres precoces en los que se puede conservar parte del pecho y en los que, por lo tanto, no hay necesidad de reconstruirlo. Pero hay otros que, si bien son precoces, se han extendido a través del tejido mamario, con lo cual es necesario extraer éste completamente. Es en esos casos que se puede hacer reconstrucción Inmediata: cuando es un cáncer precoz con necesidad de mastectomía; pero debe ser precoz, pues si el cáncer es más avanzado localmente, puede requerirse radioterapia o quimioterapia antes de operar”, explica el doctor Paredes.

El especialista puntualiza que, según estudios internacionales, se ha demostrado que el procedimiento no retarda el tratamiento oncológico posterior. Y, además, permite sortear uno de los principales desafíos de la oncoplástica mamaria, que consiste en determinar de dónde se saca la piel: cuando la reconstrucción es diferida –realizada durante una segunda operación–, la mama se ha extirpado con piel incluida y, por lo tanto, hay que sacarla de otras superficies del cuerpo. En cambio, en la reconstrucción inmediata la piel se conserva, pues tanto la extracción como la introducción de tejido se llevan a cabo a través del orificio que queda al sacar la areola y el pezón. Así se logran mejores resultados cosméticos, porque la cicatriz es menor y se puede mantener más fielmente la forma del pecho.

El doctor Paredes evaluó a María Teresa para determinar qué técnica reconstructiva se utilizaría, de las tres que existen hoy: con implantes, que se colocan bajo el músculo pectoral; con tejido que se desplaza desde la espalda, y que –por ser muy delgado– requiere igual de una prótesis; y con tejido abdominal, que se desplaza con irrigación –es decir, con el músculo incluido–, rotándose hacia el lugar de la mastectomía, y que no requiere de implantes.

Bajo riesgo de necrosis


En este último caso, se puede practicar además una “sobrecarga microquirúrgica” mediante una anastomosis –unión de una vena con una arteria–, para duplicar la irrigación sanguínea cuando la paciente es diabética, fumadora o hipertensa. Se evita así que se produzca necrosis, es decir, la muerte de la nueva mama, una de las complicaciones frecuentes de esta cirugía.

Existen muy pocos lugares en el mundo en los cuales se lleva a cabo la sobrecarga microquirúrgica como estrategia de disminución de complicaciones; los doctores Hernando Paredes y Nuvia Aliaga, de Clínica Las Condes, publicaron recientemente recientemente su experiencia clínica en el último Congreso Latinoamericano de Mastología. En el estudio presentado se destaca que hubo ciento por ciento de vitalidad en las mamas reconstruidas, lo que permitió disminuir la necrosis a cero.

La elección de la técnica a utilizar depende de las características de cada individuo: en una mujer muy delgada, por ejemplo, no se puede aprovechar tejido del abdomen, pues éste es insuficiente; dicho tejido tampoco puede usarse cuando hay cierto tipo de cicatrices abdominales previas. No se pueden poner implantes cuando hay necesidad de radioterapia posterior a la operación, porque las complicaciones aumentan, perdiéndose la reconstrucción en el 30% de las pacientes. Y sea cual sea la técnica que se escoja, el pezón y la areola se reconstruyen posteriormente. Pero debe esperarse un tiempo, pues sólo es posible ubicarlos en forma adecuada cuando la mama ha adoptado su posición definitiva, lo que ocurre después de los seis meses.

“Cuando es posible, la reconstrucción inmediata mejora la calidad de vida de la paciente, lo cual tiene un enorme impacto en su estado psicológico”, señala el doctor Paredes.

“Cuando me diagnosticaron, me encomendé a Dios a full, apoyándome en mi enorme fe cristiana y en mi excelente relación de pareja. No hay conciencia de lo importante que es la prevención. Siempre se piensa que esa enfermedad le va a tocar al vecino, jamás a una. Pero ahora lo veo todo muy distinto, y si el 50% de mi mejoría se debe a que fui muy precozmente diagnosticada el otro 50% de mi tranquilidad actual es fruto de haber salido del pabellón igual a como entré”.

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