Conoce la importancia del abordaje integral de la salud mental en las personas mayores.
De acuerdo con datos de la OMS, entre 2015 y 2050, se estima que el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%.
Sin embargo, la salud mental en
personas mayores es poco abordada y visibilizada. Según la información del MINSAL, una de cada cinco personas de más de 60 años vive con alguna enfermedad de
salud mental, en donde la demencia, la
depresión, los
trastornos de ansiedad y el
abuso de alcohol son las más comunes en este grupo etario. Además, según las cifras de la OMS son el grupo de edad donde es más frecuente el
suicidio. “Hay muchos temas de salud que están presentes también en el
adulto mayor, pero no se hablan ni se visibilizan. Esto probablemente se asocia con el “viejismo”, es decir, el estigma asociado a la vejez donde las personas mayores son concebidas como si no fueran sujetos de derechos. Por ejemplo, el tema de la sexualidad no es visibilizado en las personas mayores”, explica
Loreto Olavarría, psicóloga de Clínica Las Condes.
Vejez y tendencia al suicidio
En este punto, la psicóloga añade que esto se puede deber a una depresión no tratada. “La depresión no es un fenómeno exclusivo de la vejez, sino que es una enfermedad de
salud mental transversal a los distintos grupos etareos que -de no recibir un tratamiento oportuno-, y sumado con otros
factores de riesgo, puede llevar a una persona a intentar
quitarse la vida. Ahora, la particularidad que se da en el adulto mayor es que lo hacen de forma más cuidadosa, en donde normalmente van a usar métodos más letales porque no va a ser algo tan impulsivo como quizás se observaría en adolescentes. En este sentido, habitualmente la
persona mayor cuando intenta suicidarse lo logra, o bien es muy difícil que se recuperen de los efectos del intento suicida”.
Entre los factores que pueden afectar la
salud mental y eventualmente pueden incidir en la aparición de
pensamientos suicidas en las
personas mayores, la especialista indica que principalmente son los sentimientos de soledad y desesperanza: “relacionarse no es solamente de estar en
contacto con otros, sino sentirte importante para otro, lo que para toda persona es una necesidad básica, desde que nacemos hasta que nos morimos. Además, es necesario considerar el efecto de la pandemia, que producto de las cuarentenas agudizó el
sentimiento de soledad, porque se instaló la idea de que vincularse era peligroso”. Además, se incluyen las siguientes situaciones:
- Pérdida de seres queridos, especialmente si se trata de la pérdida del cónyuge y/o hijos.
- Pérdida de independencia, movilidad y limitaciones físicas.
- Sensación o miedo de ser una carga para otros.
- Presencia de dolor o enfermedades crónicas que afectan la calidad de vida -como la artritis, osteoporosis y diabetes, entre otras-.
- Deterioro cognitivo.
- Problemas económicos.
La suma de todos estos escenarios irá dañando la
salud mental de la
persona mayor y, cuando esto sucede, pueden aparecer
trastornos del ánimo, o una
depresión clínica, que es un caracterizado por la tristeza, desesperanza, pérdida del placer por las actividades que antes se disfrutaban y pérdida de interés o apatía. La psicóloga destaca que cuando aparecen este tipo de trastornos deben ser siempre atendidos oportunamente por personal médico, pues además constituye un factor de riesgo para otro tipo de problemas de salud, como lo es el
deterioro cognitivo.
¿A qué debemos estar atentos?
Ya sea como hijos, nietos, cuidadores u observador, podemos estar atentos a ciertas señales que nos podrían indicar que la
persona mayor (o de otro rango etario) podrían estar sufriendo un problema de
salud mental. Tomar acción puede marcar la diferencia y ayudar a sobrellevarlo mejor, buscar ayuda profesional y así disminuir el riesgo de suicidio.
Señales a las que se debe prestar atención:
- Aislamiento social.
- Desapego con los artículos materiales que aprecia -comienzan a regalar sus posesiones-.
- Pérdida de interés en actividades que antes solía disfrutar.
- Abandono de las acciones de autocuidado -descuido en el aseo personal, alimentación, etc.-
- Preocupación excesiva por la enfermedad o la muerte.
- Expresa directamente pensamientos suicidas o que desea morir.
¿Qué podemos hacer?
La psicóloga señala que podemos llevar a cabo una serie de acciones para ayudar a la
persona mayor si es que observamos las señales mencionadas:
- Escucharlos sin juzgar y validar lo que la persona está sintiendo.
- Acompañarla durante el proceso y hacer seguimiento de que la persona efectivamente busque ayuda.
- Orientar y/o ayudar a buscar ayuda profesional.
- Alertar a otras personas cercanas que puedan colaborar para construir una red de apoyo efectiva.
- Ofrecer ayuda en temas prácticos que puedan alivianar la vida cotidiana.
- Mantener contacto frecuente personal o telefónicamente.