Un verano seguro para los adolescentes
La clave es negociar desde un principio los permisos y el tiempo que se destinará a familia y amigos. También establecer las consecuencias de no cumplir, y discutir las medidas de prevención de riesgos.
Llega el verano y con él dos meses en los que cambian las rutinas familiares. Los hijos tienen más tiempo libre, lo que suele ser sinónimo de amigos, carretes, salidas fuera de la casa o, simplemente, estar todo el día en internet o en los videojuegos.
Entonces, ¿cómo lograr que los hijos disfruten sin incurrir en conductas riesgosas? La pediatra y especialista en adolescencia de Clínica Las Condes, Francisca Corona, dice que la base de todo es conversar con los hijos, escuchar sus intereses y luego establecer expectativas de conducta y reglas, con consecuencias positivas y negativas en relación con su cumplimiento.
Las reglas para salir
“Los permisos para salidas y los horarios dependerán de la cultura familiar, de la edad y características del adolescente, y no tienen que ser los mismos para todos. Los padres deben recordar que los más impulsivos pueden tener más conductas de riesgo, por lo que el monitoreo debe ser más estrecho y los permisos deben ser más acotados”, dice la especialista.
Agrega que los hijos deben entender -desde un principio- que más tiempo libre o estar solos no significa que los padres renuncien al derecho a la supervisión de las actividades, pues ellos deben saber dónde y con quiénes están sus hijos en todo momento. Es bueno, además, establecer tiempos para estar en familia y para los amigos.
Los cuidados del alcohol
El consumo de alcohol es otro tema que genera dolores de cabeza a los padres en esta época del año. Sin los deberes del colegio y con más tiempo y facilidad para reunirse con amigos, los adolescentes se atreven a experimentar más.
En una encuesta realizada en 2011 por La Tercera, el 40% de los adolescentes sondeados dijo que la primera vez que se embriagó fue en época de verano. La doctora Corona dice que la recomendación de los expertos es no consumir alcohol antes del término del desarrollo cerebral, lo que ocurre después de los 21 años. Pero lograr esto se hace muy difícil por lo normalizado que está su consumo y la baja percepción de riesgo.
De allí que establecer límites se convierte en un importante desafío para los padres, “quienes deberían discutir y anticipar los riesgos asociados, como sexo no protegido, riñas, accidentes vehiculares y el mayor riesgo de adicción con el inicio de consumo a edades tempranas, y establecer consecuencias si no se cumplen los acuerdos”, comenta la especialista.
Para los padres que necesitan ser apoyados en este proceso, existe la opción de chequeos de salud integral del adolescente en Clínica Las Condes, donde se asesora a padres e hijos.
Chequeo Integral
El Chequeo de Salud Integral del Adolescente es una instancia en que se evalúan conductas de riesgo e intención de conductas, y se acompaña a los adolescentes en la toma de decisiones saludables. También, los padres pueden recibir orientación para lograr comunicación efectiva y acuerdos con sus hijos.
Datos
- Programa alguna actividad: Para evitar que los hijos estén todo el día entre la televisión, el computador y los videojuegos, la mejor opción es que se inscriban en alguna actividad de su gusto como talleres artísticos o deportivos, campamentos o trabajos voluntarios.
- Regula el uso de gadgets: Para evitar los excesos, los padres pueden establecer condiciones de uso como, por ejemplo, no utilizarlos en las comidas familiares, apagarlos a cierta hora o un determinado número de horas diarias, lo que dependerá de la edad del adolescente.
- Cuidado con el sol y los piqueros: Hay que asegurarse de que lleven bloqueador y lo usen, y recordarles las serias consecuencias de una insolación o de quedarse dormidos al sol, especialmente entre las 12 y 16 horas. Durante el período estival se incrementa el riesgo de accidentes con un mayor número de caídas, traumatismos y ahogo por inmersión por conductas riesgosas, como los piqueros.