Calcetines sin costuras y de colores claros deben ser parte del vestuario adecuado.
Un rasguño, ampolla, lesión por roce o una herida en el pie puede ser motivo de preocupación entre los pacientes diabéticos. ¿La razón? La
diabetes aumenta la posibilidad de daño en las arterias y aquellas que irrigan los pies dejan de hacerlo en forma efectiva disminuyendo la sensibilidad, por lo que en caso de herida o lesión, el paciente diabético no siente dolor y podría no darse cuenta de la herida. Además, al no circular sangre de manera normal, la cicatrización de la zona afectada es también es menor.
Joel Lizana, podólogo del
Centro de Diabetes de Clínica Las Condes
, entrega seis recomendaciones para que comiences a
proteger tus pies antes que aparezcan las lesiones:
- Revisa tus pies a diario. Vigilar tus pies te permitirá tener un mayor control sobre ellos y estar atentos a los primeros signos de una herida. Si no alcanzas a ver la planta, usa un espejo.
- Lávalos y sécalos en forma prolija. Si lo haces con secador, la temperatura de éste debe ser media o fría.
- No utilices agua muy caliente. Al tener una menor sensibilidad, podrías quemarte y no sentirlo.
- Usa jabón neutro, con un PH similar al de la piel. Así evitas irritaciones o alergias.
- Agrega a tu rutina la hidratación constante de tus pies (idealmente después del lavado diario).
- No uses talco: el talco provoca que la piel de los pies se reseque, lo que incrementa el riesgo de grietas en ellos; es mejor humectarlos.
- Usa calcetines o medias que no presionen tu pierna. Estos no deben tener costura y ser de colores claros (para que puedas notar con mayor facilidad si existen heridas que sangren o manchas de humedad).
- Tu calzado debe ser amplio, blando o calzado especial para diabéticos. Así el pie no sufre roces que puedan causar algún daño que luego se transforme en una herida.
- Durante el verano, evita andar descalzo. Si usas chala que estas tengan el talón cubierto para prevenir resecamiento y grietas.
- Si tienes rasguños, heridas, roces, callosidades, problemas en las uñas, debes visitar a tu médico tratante o podólogo.
Los
pies de las personas diabéticas deben ser un motivo de preocupación, ya que esta enfermedad metabólica incrementa el riesgo
de daño en las arterias y vasos sanguíneos de las extremidades, disminuyendo la sensibilidad y capacidad de cicatrización, por lo tanto, cualquier herida o lesión puede ser más grave que en una persona sana.
“Pero no sólo a las heridas deben estar atentos estos pacientes. Las infecciones por hongos también deben evitarse”, podólogo Joel Lizana.
Los pacientes diabéticos son más vulnerables a los
hongos de la piel y de las uñas (onicomicosis). Para evitarlas, debes estar constantemente observando tus pies y visitar al podólogo en forma periódica y precoz, sobre todo cuando estás con disminución de sensibilidad, para evitar lesiones.
Lo ideal es que las visitas al podólogo sean frecuentes. “El cuidado en casa debe ser básico, debe evitar cortar sus uñas o callosidades, ya que podría provocarse lesiones en su autotratamiento”, indica Lizana.
Considerando que la humedad es un precursor del crecimiento de hongos, junto con mantener secar bien los pies después de lavarlos y evitar el calzado que aumente mucho la temperatura de los pies, el uso de calcetines con cobre es una recomendación. “Los calcetines con fibra de cobre previenen la humedad y de esta forma evitan infecciones (bacterias y hongos)”, explica el especialista.