Cuando se desea modelar la figura, pero a pesar de realizar distintas dietas hay depósitos de grasa que no desaparecen, la liposucción se presenta como una excelente alternativa.
Este tipo de cirugía, que se puede realizar en distintas partes del cuerpo como: papada, pómulos, brazos, muslos, abdomen, glúteos, caderas y pantorrillas, entre otras, debe ser realizada por cirujanos plásticos expertos, como el equipo de especialistas que trabaja en Clínica Las Condes.
Es relevante dejar en claro que la liposucción no es un tratamiento para la obesidad y que los mejores resultados se observan en pieles firmes y elásticas a los tres meses del procedimiento, ya que se retraen mejor una vez que se han sacado los excedentes de grasa.
En la realización de una liposucción habitualmente se utiliza anestesia general y el excedente de grasa extraída se puede aprovechar para mejorar el aspecto de otras zonas del cuerpo, para lograr así, resultados armónicos.
Los cambios estéticos que produce esta cirugía perduran en el tiempo si el paciente conserva su peso normal, sigue una alimentación saludable y practica deportes en forma regular.
Es importante saber que:
- La liposucción siempre implica algún grado de riesgo. En el caso particular de este procedimiento el principal peligro lo reviste el tromboembolismo (coágulos en las venas que se pueden desprender y viajar a los pulmones). En CLC este riesgo se minimiza desde que el paciente ingresa a la clínica, ya sea con la administración de anticoagulantes, como con el uso de medias elásticas y neumáticas en las extremidades.
- Después de la liposucción, el paciente debe utilizar vendaje y faja para mantener comprimida el área intervenida y así, ayudar a conservar la forma modelada. Las vendas se usan por aproximadamente dos semanas y la faja por un tiempo mayor.
- En los días posteriores a la cirugía aparecen moretones, hinchazón y dolor en la zona modelada. Lo anterior, se suele manejar adecuadamente con reposo, analgésico y masajes de drenaje.