Las patologías coronarias están liderando las causas de muerte de hombres y mujeres, pero esto no significa que se deban aceptar como el destino que nos toca.
Los especialistas del departamento de Enfermedades Cardiovasculares de CLC declaran unánimemente que no fumar, hacer ejercicio en forma constante y comer sano, son algunas de las claves para prevenir enfermedades del corazón.
7 HÁBITOS PARA CUIDAR SU CORAZÓN
Si bien hay factores de riesgo que no se pueden cambiar -historia familiar, disposición genética o la edad- la buena noticia es que prevenir las enfermedades al corazón es factible de la mano de hábitos saludables.
1) NO FUMAR
En Chile más del 40% de las personas fuma, cifras que son aún más alarmantes por el crecimiento entre mujeres y niños. ¿El problema? Un cigarrillo contiene más de 4.800 químicos y la nicotina hace que el corazón trabaje más intensamente, aumentando el número de latidos por minuto y la presión sanguínea.
Además, favorece la aparición de aterosclerosis: las arterias se van llenando de placas (depósitos de colesterol) y se vuelven menos flexibles, con el riesgo de que obstruyan el paso de la sangre o se desprendan y formen un coágulo.
Así, el riesgo de padecer una enfermedad coronaria es 70% mayor en fumadores, categoría que incluye fumadores pasivos y quienes se autodenominan fumadores sociales. En definitiva, cuando se habla de prevención coronaria, no hay una cantidad de cigarrillos aceptable, ni siquiera si son bajos en nicotina. Es más, está comprobado científicamente que cuando se deja de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad al corazón cae drásticamente en solo un año.
2) NO A LA OBESIDAD
Las personas que tienen exceso de grasa en el cuerpo, concentrada particularmente en la cintura, tienen más posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón o de sufrir un ataque cerebral, incluso si no presentan otros factores de riesgo.
Cabe destacar que el sobrepeso aumenta la actividad del corazón, la presión arterial, el colesterol en la sangre y los niveles de triglicéridos, y disminuye los niveles de colesterol HDL (“bueno”).
3) NO A LA SAL
Si se consumiera media cucharadita menos de sal al día habría entre 54.000 y 99.000 menos ataques cardíacos al año, según un estudio científico hecho en Estados Unidos. Y es que el exceso de sal es determinante en el aumento progresivo de la hipertensión arterial, patología que pone rígidas las arterias, produce crecimiento del corazón y daño renal. Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, para que una dieta sea saludable, el consumo de sal debe ser menor a 5 gramos al día.
4) NO AL COLESTEROL ALTO
El colesterol es parte importante de un cuerpo saludable porque sirve para producir membranas celulares, algunas hormonas y cumple otras funciones vitales del cuerpo. Sin embargo, a medida que este aumenta, también se incrementa el riesgo de padecer una enfermedad del corazón.
Tener el colesterol alto es una patología asintomática y es peligroso debido a que el exceso de grasa que circula por la sangre se adhiere a las paredes de las arterias y forma placas ateroscleróticas, que cuando hay hipertensión o situaciones de estrés, pueden romperse y provocar un infarto cardiaco o cerebral.
5) NO AL SEDENTARISMO
En Chile, el 90% de la población es sedentaria, lo que tiene un impacto muy negativo en la capacidad física y la calidad de vida de las personas, junto con aumentar los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
El practicar regularmente una actividad física puede reducir el riesgo de una patología coronaria, ya que el ejercicio ayuda a controlar el peso, la diabetes, reduce la presión sanguínea, regula el colesterol y disminuye el estrés.
A nivel cardiovascular, la actividad física refuerza las paredes del corazón y aumenta su masa muscular. Respecto a los componentes, aumenta los glóbulos rojos, hemoglobina que transporta el oxígeno, mitocondrias, mioglobina y elementos defensivos (leucocitos y linfocitos).
Lo importante es que nunca es tarde para modificar los hábitos y que siempre es mejor hacer ejercicio que no hacer, aunque sea una vez a la semana.
6) NO AL ALCOHOL
Beber demasiado alcohol puede elevar la presión arterial, causar insuficiencia cardíaca o provocar un ataque cerebral. Puede contribuir a elevar los triglicéridos, inducir cáncer y otras enfermedades, y provocar latidos irregulares del corazón. Además, contribuye a la obesidad, al alcoholismo y a los accidentes.
A pesar de que el riesgo de padecer una enfermedad del corazón en las personas que ingieren alcohol moderadamente (un promedio de un vaso para las mujeres y dos para los hombres por día) es menor que en las personas abstemias, no se recomienda que estas comiencen a hacerlo o que las personas que lo ingieren aumenten la cantidad.
7) NO AL ESTRÉS
Se ha descubierto que existe relación entre el riesgo de padecer una enfermedad del corazón y el estrés en la vida de una persona, ya que este puede afectar los factores de riesgo establecidos. Por ejemplo, las personas con estrés pueden comer demasiado, empezar a fumar, o fumar más cuando en caso contrario no lo harían.
El estrés es peligroso, además, debido a que la condición de alerta y defensa, con altos niveles de adrenalina y hormonas, hacen que la frecuencia cardíaca y la presión arterial aumenten.
PEQUEÑOS CAMBIOS; GRANDES RESULTADOS
- Camine al menos 10 minutos diarios. Si no hace ningún tipo de actividad física, una pequeña caminata al día es una gran manera de comenzar a reducir el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca.
- Levante peso. Ejercite los músculos de sus brazos levantando un par de libros pesados o algunos kilos de azúcar.
- Coma un vegetal o una fruta extra al día. Son baratos, tienen buen sabor y son muy buenos para la salud.
- Tome un buen desayuno con frutas y cereales para reducir sus niveles de colesterol.
- Abandone las bebidas azucaradas. Con esto evitará muchas calorías diarias y un exceso de grasas corporales.
- Relájese. Respirar lento y profundo por algunos minutos al día lo relajará, disminuirá el estrés y ayudará a bajar su presión sanguínea.
- Lávese las manos seguidamente. La influenza, la neumonía y otras infecciones pueden ser negativas para el corazón.