La alteración de la sudoración afecta hasta un 3% de la población y puede aparecer desde la infancia.
Entre el 2% y 3% de la población tiene algún grado de alteración de la sudoración como la hiperhidrosis, lo que puede provocar gran impacto en su calidad de vida y desempeño social.
La sudoración ayuda al cuerpo a permanecer fresco y en la mayoría de los casos, es perfectamente natural. Las personas sudan más en temperaturas cálidas, al ejercitarse, o en respuesta a situaciones que las hacen sentir nerviosas, enojadas, avergonzadas o con miedo.
Patricio Rodríguez, cirujano de Clínica Las Condes, explica que se produce por un trastorno primario de la regulación del sistema nervioso autónomo (simpático). “Se produce en forma espontánea e intermitente y aumenta en situaciones de estrés (período de pruebas o presentaciones en público, por ejemplo) y en períodos de alta temperatura”, indica.
La hiperhidrosis primaria comienza a edades tempranas, aumentando durante la pubertad y la adolescencia, explica el especialista, y afecta zonas del cuerpo, como las palmas de las manos, las axilas, las plantas de los pies o la cara. Se caracteriza por ser simétrica, es decir, afecta a ambos lados por igual y se incrementa con el estrés. En general, no afecta durante la noche.
Durante la última década se han desarrollado tratamientos efectivos que van desde el tratamiento tópico dermatológico para sus formas leves, hasta la simpatectomía video-endoscópica en casos más severos, logrando resultados permanentes y satisfactorios en más del 95% de los casos.