En todos los casos la situación puede ser grave.
La
vesícula es el órgano del cuerpo que almacena, durante los períodos de ayuno, la
bilis que produce el hígado. La bilis que acumula es liberada al intestino cuando el individuo vuelve a comer y sobre todo cuando come alimentos grasos, ya que esta sustancia ayuda a disolverlas. Por diferentes razones, en algunas ocasiones esta bilis se cristaliza y obstruye los conductos por los que debe pasar en su camino al intestino.
El
doctor Erwin Buckel, cirujano digestivo de Clínica Las Condes, explica que hay ciertos factores que hacen que algunas personas tengan más riesgo de formar cálculos:
Si el cálculo de bilis obstruye el conducto por el que esta sustancia llega al intestino, se produce una inflamación del órgano conocida como
colecistitis. “Casi el 100% de las inflamaciones de la vesícula son por un cálculo. Si no es por esta causa, es una
colecistitis alitiásica”, indica el especialista.
Cuando la
hipertensión produce además de la inflamación una infección por bacterias debido a la acumulación de bilis, se trata de una colangitis. “Los pacientes con
colangitis adquieren tonos amarillos y tienen fiebre”, dice el doctor Ferrario.
Una tercera situación causada por cálculo de vesícula es la
pancreatitis. “En este caso, la obstrucción de la vía biliar drena junto al páncreas”, por lo que las enzimas de este último órgano, también se devuelven y lo inflaman. “Se estima que el 60% de las pancreatitis son por obstrucción de la vía biliar”, indica el doctor.
Las tres situaciones, advierte el especialista, pueden ser graves. En el caso de la colangitis, generalmente primero se destapa el conducto obstruido por vía endoscópica cuando la condición es muy grave y después de un tiempo, se planifica la extracción de la vesícula.
En cualquiera de los tres casos, se requiere que la persona realice cambios de comportamiento, especialmente que deje de comer
alimentos grasos.