Se trata de una enfermedad ocasionada por la acumulación desproporcionada de grasa, la que genera muchas molestias en quienes la padecen y que, en casos extremos, podría provocar el colapso del sistema linfático.
El
lipedema es una enfermedad que afecta principalmente a mujeres y se caracteriza por una acumulación desproporcionada de
grasa en las extremidades inferiores, e incluso extremidades superiores, que puede conducir a una discapacidad considerable.
Provoca una inflamación del tejido adiposo de manera importante, causando
hinchazón de las zonas afectadas,
grasa blanda y esponjosa, sensación de cansancio, pesadez, sensibilidad al frío y facilidad de moretones.
“En algunos casos, el lipedema también puede ocasionar dolor e incluso derivar al
linfedema, una
acumulación de líquido que genera hinchazón o edema en las extremidades por alteración del drenaje linfático”, explica el doctor
Nicolás Pereira, cirujano plástico de Clínica Las Condes
Por otro lado, el especialista indica que bajar de peso no genera un beneficio significativo del lipedema, ya que no se ve disminuido el volumen de las zonas afectadas, causando aún más frustración.
¿Qué zonas afecta el lipedema?
El lipedema afecta principalmente la zona de los
muslos, caderas, rodillas y la zona superior de los tobillos, provocando una visión desproporcionada respecto al resto del cuerpo.
“Es importante recalcar que el lipedema no es el resultado del sobrepeso, obesidad o piel de naranja, ya que las causas principales se relacionan con una predisposición genética y se asocian a cambios hormonales provocados durante la pubertad, el embarazo o la menopausia”, explica el especialista.
Según el
doctor Pereira, existen diferentes clasificaciones dependiendo de dónde se concentre el
exceso de tejido adiposo, por lo que se puede confundir con otro tipo de enfermedades. “Por esta razón, es necesaria la evaluación de un especialista que pueda valorar y definir el mejor tratamiento para cada paciente, dice.
Tratamiento del lipedema
El tratamiento principal consiste en una
liposucción selectiva de las áreas afectadas, respetando las zonas de drenaje linfático. “Con esto, logramos una disminución de la grasa inadecuadamente depositada, reduciendo el dolor e hinchazón, así como también menos equimosis y mejor apariencia estética, lo que conlleva a una mejor calidad de vida”, explica el cirujano plástico.
El postoperatorio requiere el
uso de medias compresivas y terapias de drenaje para una mejor recuperación y pronta reintegración a sus actividades diarias.