El tratamiento de la parálisis facial es fundamentalmente quirúrgico y está orientado a restituir el balance, la simetría y la armonía de la expresión facial.
La parálisis facial es una condición que ocurre debido a un trastorno del nervio facial, donde los músculos encargados de la movilidad y expresión de la cara se paralizan. Existen diferentes causas de
por qué se produce, entre ellas: traumáticas, tumorales, infecciosas e idiopática. Esta última, también es conocida como
parálisis de Bell.
“Dentro de las principales causas traumáticas se encuentran
heridas faciales profundas o bien
fracturas del hueso temporal que seccionan en nervio facial”, dicen los especialistas de cirugía plástica de Clínica Las Condes.
Otras causas de la parálisis facial
- El tratamiento quirúrgico de tumores del tronco encefálico o tumores de nervios adyacentes al nervio facial (neurinoma del acústico) puede dejar como secuela una parálisis facial por lesión del nervio.
- La infección por virus varicela zoster puede también afectar al nervio facial y producir una parálisis facial (síndrome de Ramsay Hunt).
- Parálisis idiopática o de Bell, donde existe una inflamación del nervio facial dentro su canal óseo que lleva a la oclusión de los vasos sanguíneos que irrigan al nervio, resultando en un daño por isquemia del mismo.
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Tipos de parálisis
A grandes rasgos existen dos tipos: la parálisis facial completa y la incompleta.
- Parálisis facial completa: existe una ausencia total de movimiento del lado afectado.
- Parálisis facial incompleta: se preserva el tono muscular en reposo y parte del movimiento facial.
“Por otra parte, se habla también de
parálisis unilateral o bilateral, según si afecta a uno o ambos lados de la cara”, añaden los especialistas.
Síntomas
La parálisis facial, como su nombre lo indica, se caracteriza por una ausencia parcial o total de movimiento facial.
La parálisis facial imposibilita:
“El síntoma de mayor importancia en un paciente con parálisis facial es la
falta de cierre ocular, ya que la exposición ocular puede llevar a lesiones graves de la córnea e incluso a la ceguera, si no se trata de forma oportuna”, dicen los especialistas.
Algunos de estos síntomas pueden traer consecuencias. Por ejemplo, la incapacidad para mover los labios y los músculos de la mejilla del lado afectado genera problemas para comer y tomar líquidos; o la imposibilidad para sonreír puede traer aparejada una baja autoestima “haciendo que muchos pacientes se encuentren reacios a la interacción social fuera de su círculo más cercano”, cuenta el cirujano plástico.
Diagnóstico
El diagnóstico de la parálisis facial es principalmente clínico y se realiza en base a la historia que relate el paciente y un
examen físico dirigido, en el cual se analizan cada uno de los principales movimientos faciales.
La electromiografía y la
electroneurografía son exámenes útiles que sirven de apoyo para el diagnóstico y también para el seguimiento y evaluación de las mejorías en el tiempo.
Tratamientos
Los tratamientos de la parálisis facial son diferentes, según el tipo de parálisis:
- Parálisis de Bell o idiopática: el tratamiento inicial consiste en la administración de corticoides orales durante un período de 10 días, para ayudar a la desinflamación del nervio. En casos seleccionados, podría estar indicada la descompresión quirúrgica del nervio facial.
- Parálisis secundaria a una lesión del nervio facial, por corte por herida, fractura o por la resección de un tumor. Aquí, la cirugía es la única alternativa. “Es importante señalar que que en pacientes cuya parálisis es a causa de una sección del nervio facial por una herida, el ideal es la reparación directa temprana, dentro de los 3 primeros días posteriores a la lesión, siempre y cuando la condición del paciente y la herida lo permita”, explica el doctor.
- Parálisis incompletas: Esta condición constituye un escenario mixto, donde generalmente se preserva un tono muscular suficiente que otorga simetría en reposo pero que, sin embargo, al realizar movimientos como el de la sonrisa, es evidente que existe una menor activación en el lado afectado. En estos casos existen alternativas de tratamiento que van desde el uso de toxina botulínica, más conocida como bótox, del lado sano, para mitigar el movimiento de éste y con ello lograr una mejor simetría, a las técnicas quirúrgicas descritas a continuación.
Cirugía
La cirugía de la parálisis facial consiste, principalmente, en
recuperar la armonía, el
movimiento y la
simetría facial.
“Esto se puede lograr mediante
técnicas estáticas que buscan sobre todo dar un balance y restaurar la simetría en reposo, o
técnicas dinámicas que además de otorgar tono muscular en reposo, restituyen el movimiento facial, particularmente el de la sonrisa”, explica el especialista.
- Técnicas estáticas: se utilizan sobre todo a nivel de la frente y el ojo. Comprende procedimientos como la pexia de la ceja, el lifting frontal, la colocación de una pesa de oro, para ayudar el cierre ocular, y la blefaroplastía, en algunos casos. Por otra parte, en pacientes en los que el lado paralizado se encuentra muy caído y no son candidatos a técnicas dinámicas, la elevación facial a nivel de la mejilla con tendones del mismo paciente es una muy buena alternativa de reanimación estática.
- Técnicas dinámicas (se separan en dos grupos):
- Recuperar el movimiento de la musculatura facial propia de la cara.
- Aportar un nuevo músculo que genere el movimiento perdido.
“La utilización de una u otra dependerá, principalmente del tiempo de evolución”, cuentan los doctores.
- Menos de 2 años de evolución de la parálisis facial: la musculatura aún se encuentra viable y, por tanto, es susceptible de ser reinervada. Puede lograrse con diferentes técnicas, como un injerto facial cruzado o transferencias nerviosas de nervio masetérico o hipogloso.
- Más de 2 años de evolución de la parálisis: existe una atrofia irreversible del músculo y, por tanto, es necesario llevar una nueva unidad muscular para restituir el movimiento. Esto implica la realización de un trasplante muscular desde la región del muslo (músculo gracilis) a la cara del paciente.
Es importante destacar que cada caso debe analizarse de forma individual para elegir el tratamiento más adecuado.
Recuperación
La recuperación después de una cirugía de parálisis facial, en general, es rápida.
- Reparación directa o transferencia nerviosa: el paciente se puede ir de alta a las 24-48 horas de la cirugía y seguir un reposo relativo durante un mes. Esto implica no realizar deportes de contacto y evitar situaciones en las que exista riesgo de golpear la zona intervenida.
- Trasplante muscular: requiere entre 3 a 4 días de hospitalización y de reposo relativo. A partir del mes es recomendable realizar kinesioterapia para asistir en la recuperación del movimiento facial.
Los resultados tras una
reanimación facial, en general, son buenos y predecibles. Los pacientes recuperan el
tono muscular en reposo, así como el
movimiento de la sonrisa, con ello, el balance y la
simetría general de la cara.
“Como toda cirugía, la reanimación facial puede tener complicaciones como la infección de la herida, la formación de un hematoma, seroma y problemas de cicatrización, sin embargo, contamos con un equipo para evitarlo o poder tratarlo oportunamente”, indican los doctores.