Aunque en un inicio pueda ser molesto y abrumador, hoy existen diversas alternativas de productos sin gluten que te ayudarán a seguir una dieta adecuada. Conoce a continuación cómo se diagnostica y cuál es el mejor tratamiento.
La
enfermedad celíaca está presente en el 1% de la población general, sin embargo, se cree que existe un gran número de pacientes no diagnosticados.
Los síntomas son variables, tanto en adultos como en niños, sin embargo, los más comunes son:
- Diarrea
- Pérdida de peso
- Fatiga
- Hinchazón
- Meteorismo o exceso de gases
- Dolor o distensión abdominal
- Náuseas y vómitos
- Estreñimiento
¿Cómo se diagnostica?
El
doctor Roberto Merino, gastroenterólogo, de Clínica Las Condes, explica que lo primero es establecer la sospecha.
Asimismo, “en las personas que tienen algunas patologías especiales o familiares con esta condición, se debe realizar un examen de sangre donde se miden
anticuerpos, iniciándose con eso el proceso de diagnóstico de la enfermedad”, indica.
Este examen de sangre, llamado
Anticuerpos Antitransglutaminasa o
Anticuerpos Antiendomisio, generalmente es necesario complementarlo con la evidencia en
biopsias del duodeno de que confirman la afectación de este por la enfermedad.
Tratamiento y seguimiento
El tratamiento consiste en la
eliminación completa del gluten de la dieta, que está presente en múltiples alimentos derivados del trigo, centeno y cebada. Seguir esa indicación de manera estricta revierte completamente la enfermedad: el intestino recupera sus
capacidades absortivas y se eliminan los síntomas y molestias.
Por el contrario, si la enfermedad celíaca no está tratada o no se controla, puede provocar una pérdida en la capacidad absorción de sustancias tan fundamentales para la vida como son el
fierro y el
calcio, pudiendo provocar
anemia u
osteoporosis en edades tempranas.
A lo anterior se suma que el estado inflamatorio y de activación inmune permanente puede despertar enfermedades en esa línea e incluso tumores.
La
condición celíaca pasa por un proceso diagnóstico de evaluación inicial y luego requiere un manejo multidisciplinario para lograr una adecuada adherencia a la dieta y comprobar que esta permita una recuperación adecuada de las funciones alteradas por esta condición. Para ello es importante el acompañamiento de un nutriólogo y nutricionista con experiencia.
“Es un control permanente en el tiempo; en las primeras etapas es más frecuente y luego se regula según las manifestaciones de la enfermedad”, concluye el doctor.