Los tumores ováricos corresponden a formaciones sólidas o quísticas de los ovarios, que pueden ser uni o bilaterales. En la gran mayoría de los casos, se trata de tumores benignos, muchos de ellos funcionales, y sólo un bajo porcentaje corresponde a neoplasias malignas, principalmente en mujeres post menopáusicas.
Los tumores ováricos suelen ser poco sintomáticos y se asocian a síntomas inespecíficos, tales como:
- Sensación de masa y presión abdominal.
- Distensión abdominal.
- Decaimiento.
- Retención de líquido.
Con cierta frecuencia, son detectados como un hallazgo de una ecografía ginecológica de rutina.
La ecografía ginecológica es fundamental dentro del estudio de los tumores ováricos. En algunas oportunidades, es necesario realizar exámenes complementarios que han aumentado en forma importante la precisión diagnóstica, como son el estudio doppler ovárico, la Tomografía Axial Computada (TAC) y la Resonancia Nuclear Magnética(RNM). También, existen marcadores sanguíneos como el CA 125, subunidad ß-hCG, Alfa-Feto proteína (AFP), antígeno carcinoembrionario (CAE) y otros.
El tratamiento de los tumores persistentes del ovario es quirúrgico. Se puede realizar quistectomía ovarica (extracción del quiste) o la ooforectomía (extracción del ovario).
El desarrollo de la cirugía endoscópica ha permitido realizar el tratamiento de los tumores ováricos en forma efectiva y segura.
Figura 1. Tumor ovárico quístico
