Algunos fármacos pueden producir una reacción alérgica en los pacientes. ¿Por qué pasa eso? ¿Cuáles son los síntomas? Conoce más a continuación.
La
doctora Carolina Díaz, inmunóloga de Clínica Las Condes, explica que la alergia a fármacos se puede presentar de múltiples maneras: inmediatamente después de su ingesta, durante e, incluso, una vez suspendido el medicamento.
Entre los fármacos que con mayor frecuencia tienden a producir alergia, se encuentran:
- Los antibióticos (betalactámicos, cefalosporinas, sulfas).
- Antiinflamatorios no esteroidales (aspirina, ibuprofeno, dipirona).
- Anticonvulsivantes (fenitoína, carbamazepina, lamotrigina).
Síntomas
Los síntomas de esta reacción alérgica pueden ser:
- Aparición de habones (ronchas).
- Prurito.
- Angioedema (hinchazón) de labios, párpados, cara, etc.
- Dificultad respiratoria.
- Taquicardia.
- Pérdida de conciencia inclusive en los casos más graves.
Así también, en algunos pacientes se puede observar:
- Fiebre.
- Compromiso de mucosas (oral, genital, ocular).
- Aparición de ampollas.
- Adenopatías
- Incluso falla en algún órgano, como el hígado, riñones, etc.
¿Por qué se pueden producir estas reacciones?
Los factores asociados a un mayor riesgo de desarrollar una alergia de este tipo son:
- Edad: Generalmente se presenta en adultos jóvenes y de mediana edad.
- Sexo: Es más común en mujeres que en hombres.
- Polimorfismos genéticos.
- Ciertas infecciones virales concomitantes (VIH, EBV).
Sin embargo, también existen factores relacionados al propio medicamento, tales como:
- Frecuencia de exposición: Las dosis altas prolongadas o las dosis frecuentes tienen más probabilidades de provocar reacciones de hipersensibilidad que una dosis única grande.
- Vía de administración: Es más probable que los fármacos de administración tópica, intramuscular e intravenosa provoquen reacciones alérgicas que los de administración oral, mientras que la administración intravenosa se asocia con reacciones más graves.
- Peso molecular: Macromoleculares grandes (por ejemplo Insulina o antisueros para caballos) o fármacos que se unen a proteínas, como la penicilina, también se asocian con una mayor probabilidad de provocar reacciones de hipersensibilidad.
Aunque los pacientes atópicos no tienen un mayor riesgo de alergia a los medicamentos, sí pueden tener un mayor riesgo de reacciones alérgicas graves.
Tratamiento
La inmunóloga Carolina Díaz detalla que el tratamiento se puede dividir en dos fases:
- Manejo agudo.
- Manejo en el largo plazo.
“En la primera fase, según la severidad del cuadro, podemos desde consultar al médico prescriptor del medicamento hasta necesitar evaluación de urgencia y hospitalización; mientras que en la segunda fase se debe realizar un estudio acucioso que nos permita determinar el fármaco causal”, indica.
En esta línea, agrega que “una vez logrado esto, en general, el tratamiento consiste en evitar el o los fármacos involucrados y la búsqueda de alternativas seguras pensando en necesidades futuras. Si el medicamento es único en su tipo, considerado irremplazable, se puede considerar la alterativa de realizar una
desensibilización”.
Cabe destacar que la desensibilización tiene como objetivo lograr la tolerancia al fármaco que produce la alergia; sin embargo, es un procedimiento que está indicado solo cuando no existe una alternativa suficientemente buena para el manejo de una determinada patología.
“Por otro lado, es importante considerar que todas las reacciones alérgicas asociadas al uso de fármacos deben ser estudiadas, ojalá a la brevedad posible (dentro del primer año), ya que la probabilidad de pesquisa va decayendo a medida que pasan los años”, concluye la doctora.