Durante el verano, frutas y verduras están en su máximo esplendor. Si quiere disfrutarlas y tener vacaciones sin contratiempos, lavarlas y desinfectarlas debe ser norma en tu casa.
Te has preguntado alguna vez ¿de dónde vienen las frutillas que estás comiendo? ¿Sabes si fueron regadas con agua limpia? ¿Existe posibilidad de que hayan sido regadas con aguas servidas? ¿Te imaginas quién las cosechó? Y esa persona ¿se habrá lavado las manos antes de manipularlas y meterlas en su envase?
Si acabas de dejar la frutilla de lado y las ganas de comértela se te quitaron, no te relajes y replantéate estas mismas preguntas antes de poner cualquier fruta o verdura en la mesa.
“Las enfermedades de transmisión por alimentos son un problema tremendo en el mundo. Existen múltiples gérmenes –bacterias, principalmente– que se transmiten por esta vía, y la fiebre tifoidea, el cólera, el síndrome diarreico, la listeriosis y la hepatitis, entre otras, son algunas de las patologías que producen. La falta de higiene en la manipulación de alimentos y el riego con aguas servidas son los grandes culpables de estas enfermedades”, señala el especialista en Infectología de Adultos de Clínica Las Condes, doctor Rodrigo Blamey.
Es un problema de países desarrollados y no desarrollados. La buena noticia es que en las últimas dos décadas el saneamiento ambiental en Chile ha tenido una mejora importante y que, por otra parte, ha existido una mayor disponibilidad de vacunas para que la población se proteja de dichas enfermedades. “Algunas infecciones han disminuido considerablemente y hoy en nuestro país sólo se observan brotes; con esto podemos decir que el problema está bastante controlado”, comenta el doctor Blamey.
“Durante el verano, debido al mayor consumo de frutas y verduras, las enfermedades por alimentos contaminados aumentan y se diagnostican como gastroenteritis aguda”, señala el infectólogo.
¡Qué malestar!
Si sientes dolor abdominal, náuseas, vómitos y tienes diarrea, probablemente estés frente a una enfermedad transmitida por alimentos.
Estas patologías se pueden dar con o sin fiebre y, mientras algunas pueden tener un manejo doméstico, otras son graves y requieren de tratamiento con antibióticos. “Para cuidarse ante uno de estos cuadros, es importante mantener un régimen liviano y comer todo cocido. Se deben evitar los irritantes como el café, los condimentos, las bebidas y el alcohol.
También hay que prevenir la deshidratación e ingerir mucho líquido en sopas, agua o té, y poner mucha atención en los niños y en personas de la tercera edad, ya que en ellos la deshidratación es muy rápida”.
Si los malestares continúan por más de 3 ó 5 días, la fiebre sube mucho y se tienen dolores musculares, escalofríos, cefalea y hay un compromiso del estado general de la persona, hay que consultar con un doctor.
“Cuando el paciente además tiene otra patología grave de base, las enfermedades por contaminación de alimentos pueden ser de alto riesgo si no son controladas por un especialista”, concluye.
¿Qué pasa con los productos orgánicos?
Que un alimento sea o no orgánico nada tiene que ver con la posibilidad de que esté contaminado. Orgánico significa que no contiene productos químicos pero no asegura que lo que estamos comiendo esté libre de contaminación bacteriana por manipulación.
Precaución
- Siempre compra alimentos regados con agua limpia. Lee bien las etiquetas de los productos.
- Trata de comprar frutas y verduras embolsadas.
- Siempre lava las frutas y verduras. Puedes hacerlo con los desinfectantes que se venden en los supermercados.
- Lávate las manos antes y después de manipular los alimentos, y especialmente después de ir al baño, cambiar pañales y tocar mascotas.
Microfotografía electrónica de E. Coli: Una de las bacterias peligrosas para la salud y causa frecuente de diarrea aguda.
Síntomas de enfermedades por alimentos contaminados
- Dolor abdominal
- Vómitos
- Diarrea
- Náuseas
Estos síntomas pueden ir o no acompañados de fiebre.
Principales enfermedades
- Fiebre tifoidea
- Cólera
- Síndrome diarreico
- Listeriosis
- Hepatitis